«No estaría al frente de un programa con actores»
Enma García cumple tres años uniendo parejas de 'Mujeres, hombres y viceversa' (Telecinco). «Cuando salgo del plató pienso: '¡Qué bien he elegido!'
Actualizado: GuardarEnma García cumplió ayer 38 años y hoy tres... en 'Mujeres hombres y viceversa' (Telecinco). Como Celestina no tiene mucho futuro, pero se ha convertido en una «gran psicóloga».
- ¿De verdad se puede encontrar pareja por la tele?
- El amor no sabes dónde está, en un ascensor, en internet, en el vecino de al lado...
- Algunos solo van a hacerse famosos.
- Algunos van a lucirse un poco y en busca de reconocimiento público. Yo cuando le veo por la escalera ya digo: 'Ummm, este no sé yo...' Me fijo en los gestos, si se miran mucho en el monitor... Me estoy haciendo una gran psicóloga. Pero también hay gente que quiere enamorarse.
- Tamara Gorro, Rafa Mora, Oliver... ¿Por qué ellos han tenido más recorrido que otros?
- Rafa tiene carisma, pero nos debe mucho por todas las horas que hemos dedicado a su educación (risas). Al principio yo salía del programa y decía: 'No le aguanto más'. Pero detrás de esa chulería hay buen fondo. Tamara resulta graciosa y es muy impulsiva y Oliver llegó siendo un chulito y cuando se fue quitando capas descubrimos a un chaval que había sufrido mucho.
- También es una manera de seguir alimentando a ex gran hermanos y gente así.
- Es que Indhira nos pareció interesante porque es una persona que vivió intensa y desgraciadamente el amor. Ha sufrido mucho. Y Arturo... revoluciona a las jovencitas. Las tiene loquitas.
«Yo no juzgo»
- ¿Lo de 'Mujeres hombres y viceversa' es una penitencia por las parejas rotas en 'El Juego de tu vida'?
- ¡Qué mala eres! (risas) Con eso hemos tenido siempre mucho cachondeo. En 'El Juego de tu vida' aprendí mucho a observar, antes de responder, por cómo miraban o se movían, ya sabía si mentían.
- Habrá pasado cada mal rato...
- Al principio lo pasaba fatal y veía a los familiares aplaudiendo y me tenía que morder la lengua. Pero luego me dije que yo no era nadie para juzgar.
- ¿Les compensa?