EE UU duda de que Saleh vuelva a Yemen
El presidente sufre graves quemaduras en el 40% de su cuerpo y su sustituto provisional se niega a entablar un diálogo con la oposición
Actualizado: Guardar«Saleh sigue siendo el presidente» fue la respuesta que escucharon los miembros de la oposición yemení en su primer intento de negociación con el actual jefe de Estado en funciones, Abdu-Rabbu Mansour Hadi, que se negó a cualquier toma de contacto. Los miembros del Comité de Partidos Unidos -integrado por seis formaciones políticas que van desde socialistas a islamistas (Islah)- soportan en las últimas horas la enorme presión de miles de ciudadanos que se echaron a las calles en enero y que desde el pasado viernes, cuando Saleh viajó a Arabia Saudí para curarse de las heridas sufridas durante el ataque con misiles al palacio presidencial, han elevado su grado de exigencia para poner en marcha cuanto antes una transición democrática.
Desde el primer momento se han mostrado abiertos a que el vicepresidente asuma la autoridad de forma temporal, pero si este no cumple con las expectativas apuestan por la creación de un consejo encargado de llenar el vacío de poder. Hadi se niega a hablar con la oposición, aunque sí lo hizo desde el primer momento con los líderes tribales para sellar un alto el fuego que, de momento, se respeta en la capital tras dos semanas de violencia y al menos doscientos muertos.
Según altos funcionarios estadounidenses citados por la cadena CNN, Alí Abdulá Saleh sufre «quemaduras en el 40% del cuerpo y tiene un pulmón colapsado», por lo que pusieron en duda que pudiera volver a desempeñar su cargo y apostaron porque finalmente el mandatario, de 69 años, no tendrá otra salida que aceptar la propuesta del órgano mediador del Golfo de inmunidad a cambio de su dimisión. De la misma opinión es el embajador de EE UU en Saná, Gerald Feierstein, que su reunión del lunes con los representantes del Comité de Partidos Unidos aseguró que «Saleh no volverá pronto».
Medios locales como el 'Yemen Post' aseguran, citando fuentes diplomáticas anónimas, que «tanto Estados Unidos como la Unión Europea están presionando a Saleh para que no vuelva». Los países del Golfo, sin embargo, no quieren acelerar la firma de la renuncia porque algunos familiares del presidente, como su hijo Ahmed, siguen en el país y tienen bajo su control a una importante parte de las fuerzas armadas, como el cuerpo de elite que forma la Guardia Republicana.
«Transición inmediata»
Esta indiferencia ante la oposición pone de manifiesto el poco valor que el régimen concede a las fuerzas políticas contrarias a Saleh pese al llamamiento a una «transición inmediata» realizado por la secretaria de Estado de la Administración Obama, Hillary Clinton, «por el bien de todo el pueblo yemení». Washington sigue muy de cerca los acontecimientos en el país árabe ya que con la salida de Saleh pierden a un estrecho colaborador en su guerra contra el terrorismo que tiene en Yemen uno de sus escenarios principales junto a Pakistán. En ambos escenarios los estadounidenses cuentan con el respaldo de las autoridades para llevar a cabo ataques con aviones no tripulados. El 7 de mayo, tras acabar con Osama bin Laden en suelo paquistaní, los drones estuvieron a punto de hacer lo propio con Anwar al-Awlaqui, el ciberpredicador radical que lidera el grupo terrorista en la región, en un ataque en la provincia sureña de Shabwa.