Fuerzas leales al jeque Al-Ahmar montan guardia cerca de su casa en el centro de Saná. :: AP
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El vacío de poder agita Yemen

La ausencia de Saleh enfrenta al régimen a un nuevo e incierto escenario político que se prepara para la transición democrática

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La recuperación de Alí Abdulá Saleh en Arabia Saudí ha colocado al frente de Yemen al eterno vicepresidente Abd Raboo Mansour Hadi, que llevaba 17 años a la sombra del mandatario. Nacido en la provincia sureña de Abyan y ligado a las Fuerzas Armadas desde su juventud, pasó de ser un destacado líder militar en la entonces República Democrática Popular de Yemen a estrecho colaborador de Saleh en el nuevo y unido Yemen tras la victoria del norte sobre el sur.

En sus casi dos décadas como número dos del régimen siempre ha sido un hombre a la sombra. Por lo tanto, para los analistas es una incógnita saber si alberga aspiraciones políticas en el nuevo escenario abierto el sábado con la salida de Saleh. De momento ha logrado sellar un alto el fuego temporal con las milicias tribales, un acuerdo débil pero que le permite ganar tiempo en estas primeras horas de incertidumbre en las que no se ha trasladado al palacio presidencial.

Como ocurría en Egipto con el clan Mubarak, en Yemen todos veían a Ahmed, hijo mayor del presidente, como su sucesor al frente de la nación. Sin embargo, la revolución que estalló a finales de enero lo cambió todo. Todo apunta a que permanece en Saná al frente de la Guardia Republicana, pero la oposición no aceptaría el relevo ya que lo que pretenden es un cambio de rumbo después de 33 años a las órdenes de la familia Saleh.

Otro de los pilares básicos en el sistema yemení son las tribus. El levantamiento armado del jeque Sadeq al-Ahmar mantuvo al país al borde de la guerra civil durante dos semanas y pocos dudan de que los acuerdos con esta familia -militar, política y económicamente muy fuerte- son básicos para la futura estabilidad. Pese a su comunión con los revolucionarios que se alzaron contra Saleh, el uso de la violencia le ha distanciado de los líderes de las protestas, que no ven en él a una figura adecuada para la transición democrática.

Mecenas de la revolución

Es diferente, sin embargo, la percepción de su hermano más joven, Hamid, uno de los empresarios más poderosos del país que ha puesto Sabafon (empresa de telefonía) y la cadena de televisión Suhail al servicio de la oposición desde el primer día. La acampada y las protestas se movían al ritmo de los mensajes de texto de Sabafon y, aunque nadie lo admite de forma oficial, todos le consideran el mecenas que ha financiado los cuatro meses de vida de miles de manifestantes en la 'plaza del cambio'. Según fuentes diplomáticas del país árabe, Hamid es la figura clave que mantiene ahora conversaciones directas con Saleh para evitar su regreso.

El general Alí Mohsen completa la baraja de figuras clave. Abandonó al presidente junto a su división a mediados de marzo. Desde entonces su labor ha consistido en proteger la acampada pacífica de los opositores. En repetidas ocasiones ha negado querer aspirar al poder, pero las cosas han cambiado mucho en las últimas horas. Todas las puertas están abiertas, incluso la vuelta de Saleh «en los próximos días», como aseguraron sus colaboradores más estrechos desde la capital saudí tras ser operado. Precisamente será Riad quien tenga en sus manos buena parte de la suerte futura de Yemen.