Alfredo Pérez Rubalcaba saluda a los militantes junto al líder de los socialistas asturianos, Javier Fernández. :: MARIO ROJAS
ESPAÑA

El PSOE aplaza la proclamación de Rubalcaba hasta el 2 de julio

El vicepresidente actúa como un secretario general 'bis' desde la delegación de poder que hizo Zapatero

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Comité Federal del PSOE tenía previsto proclamar a Alfredo Pérez Rubalcaba candidato a la Presidencia del Gobierno el 18 de junio, pero va a postergar la decisión casi con toda seguridad hasta el 2 de julio. Un retraso motivado por razones políticas y logísticas. Entre las primeras está la decisión del vicepresidente de tomar el pulso al partido en sus reuniones de fin de semana con militantes de las distintas federaciones, unos encuentros que se van a prolongar todo junio. Entre las segundas, está la ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero en la fecha prevista porque se encontrará de viaje en Rusia.

Rubalcaba siempre ha sido un dirigente muy valorado por los líderes del PSOE, primero Felipe González, después Joaquín Almunia y ahora Zapatero. Los tres han contado con él para tareas delicadas. Pero también siempre ha sido un dirigente sin peso orgánico en el PSOE, sin respaldo territorial. Nunca ha tenido detrás una federación, una circunstancia que le ha llevado a emigrar cada cuatro años y ser diputado por diferentes circunscripciones, Cantabria, Toledo, Madrid y Cádiz. Una carencia que ahora trata de paliar con visitas a todos los territorios.

Empezó el 1 de junio por Andalucía, este sábado estuvo en Cantabria, ayer pasó por Asturias y sus próximos destinos serán Cataluña, País Vasco y Aragón. En todos los lugares se da baños de militancia a puerta cerrada para que, como dijo en Sevilla, las bases dejen de llamarle Rubalcaba y le llamen Alfredo.

El periplo se prolongará hasta final de mes y es una de las razones para que la proclamación de su candidatura se aplace. Estaba previsto que el Comité Federal bendijera su nominación dentro de 12 días, pero para entonces no habrá visitado las 17 federaciones y quiere ser ungido solo cuando haya pulsado de primera mano las inquietudes y preocupaciones en todas las organizaciones territoriales.

Además, de celebrarse la reunión del máximo órgano de dirección del PSOE en la fecha prevista, no hubiera estado presente Zapatero, que ese día concluye una gira por Kazajistán y Rusia. El 18 de junio participará en un foro internacional en San Petersburgo, donde coincidirá con el presidente ruso, Dmitri Medvédev. No parecía razonable proclamar la candidatura en ausencia del aún líder.

Plenos poderes

Incluso porque en la práctica Rubalcaba cuenta con plenos poderes en el PSOE y puede actuar como un secretario general 'bis'. Zapatero ya dijo la semana pasada que el vicepresidente es «la referencia» de los socialistas para «hoy y mañana». El secretario de Organización, Marcelino Iglesias, reconoció en una entrevista publicada ayer en ABC que tiene órdenes del secretario general para poner el partido «totalmente a disposición» del candidato 'in pectore'.

Esta delegación de poderes puede conducir a situaciones incómodas para ambos, pero no dentro del partido, ya que la sintonía entre los dos, al menos por ahora, es total y Zapatero ha dejado claro que en caso de conflicto la bicefalia se resolverá siempre a favor del candidato. Otra cosa será cuando el PP entre en escena. Por ejemplo en el próximo Debate sobre el estado de la Nación que se celebrará en julio, allí Rajoy tendrá un argumento estupendo para ningunear al presidente y dirigirse desde la tribuna del Congreso al vicepresidente y próximo rival en las elecciones. Pero Zapatero dice estar dispuesto a asumir ese coste.

Rubalcaba también está resuelto a pasar por ese mal trago y no piensa dejar ninguno de sus cargos en el Gobierno. En todo caso, dicen fuentes próximas a él, dejaría, de dejar algo, la Vicepresidencia Primera, nunca Interior, su gran reto. A lo que no está dispuesto es a dejar el Gobierno; recuerda lo que le ocurrió a Rajoy que al ser proclamado candidato del PP para las elecciones de 2004 salió del Ejecutivo siete meses antes y perdió presencia pública al estar fuera del foco que ocupaban José María Aznar y Zapatero.

El vicepresidente, después de la gira por todas las federaciones y la proclamación de su candidatura, se enfrentará a su primer gran reto interno en la conferencia política del PSOE en septiembre y de la que saldrá el embrión del programa para las elecciones de 2012. Rubalcaba no tiene la menor contestación interna ya que los ocho militantes que aspiran a presentarse a las primarias son testimoniales pues tienen nulas posibilidades de reunir antes del 13 de junio, fecha límite, los más de 22.000 avales que se requieren.

Pero se enfrentará al desafío de recoger en un documento programático las respuestas a los temores que expresan los militantes en sus sesiones de terapia. Escucha, sobre todo, demandas de un giro político a la izquierda, un terreno que no es el que más entusiasma a Rubalcaba, un veterano de mil batallas que apuesta por centrar su duelo con Rajoy en dilucidar quién es más eficaz para gobernar, ahí tiene las bazas de su exitoso paso por Interior, que agitar el espantajo del miedo a la derecha o plantear una campaña en clave de dicotomías ideológicas.