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La sangre de los sirios ahoga a El-Asad

El presidente desoye todas las voces para la reconciliación y vuelve a causar decenas de muertos al reprimir otra ola de protestas

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El esquema ya conocido de viernes de manifestaciones seguido de violenta represión policial se volvió a repetir ayer en Siria, donde, solo en la ciudad de Hama, en el centro del país, más de 50.000 personas ocuparon las calles mientras lanzaban consignas para exigir la caída del presidente Bashar el-Asad. La Policía abrió fuego con ametralladoras y mató al menos a 34 manifestantes, según organizaciones de derechos humanos del país árabe en el exilio.

Las concentraciones de ayer son «las mayores desde que comenzara el movimiento de protesta y a pesar de la amnistía general», destacó Rami Abdelrahman, portavoz del Observatorio sirio para los derechos humanos. Miles de personas ocuparon también otras ciudades -donde murieron al menos once personas más- y la capital, Damasco, contra el Gobierno, una reacción «natural» al aumento de la represión, las matanzas y la «falta de seriedad del régimen en (alcanzar) algún tipo de reconciliación nacional», según señaló a Reuters Abdelrahman.

El presidente El-Asad anunció esta misma semana la formación de un organismo para comenzar un diálogo nacional, iniciativa que, según los activistas, queda desacreditada cada día con la brutal represión de las fuerzas de seguridad.

Ayer, los hospitales de la ciudad de Hama no daban abasto para atender a los «centenares» de heridos, y se espera que la cifra de muertos aumente, según testigos, dada la gravedad de muchos de los afectados. Uno de ellos relató al canal catarí Al-Yasira que había «decenas de cuerpos en las calles» que no habían podido ser recogidos debido a que las fuerzas de seguridad impidieron el acceso a las ambulancias.

El de ayer fue denominado por los activistas como el «viernes de los niños de la libertad», en homenaje a los más de treinta menores que han muerto desde que se iniciara la represión de las manifestaciones, según datos ofrecidos por Unicef.