El presidente da un voto de confianza a Bildu

Cauto, pero esperanzado. José Luis Rodríguez Zapatero confía en que la presencia de Bildu en las instituciones tras las elecciones locales y forales del 22 de mayo no tengan un efecto pernicioso sobre la lucha antiterrorista. «No podemos adelantar qué efectos va a producir -dijo- pero no debería ser un factor que nos haga ir hacia atrás en la fortaleza de la democracia, ni en la debilidad de ETA».

En todo caso, matizó que aún es pronto para saber si permitirá «ir hacia delante». Pero insistió en que la banda criminal «sabe que está sola y más aislada que nunca».

El jefe del Ejecutivo atribuyó este hecho a su política, en concreto, a la negociación con la banda en 2006. Es más, dijo estar «profundamente convencido» de que fue aquel proceso frustrado por el atentado de la T-4 lo que llevó al «mayor debilitamiento» de ETA en toda su historia.

A sus ojos, es un éxito que no se le reconoció entonces y que solo ahora algunos empiezan a admitir. Algo similar espera que le pase, según dio a entender, con sus recetas frente a la crisis económica, ahora tan difíciles de comprender, incluso para la militancia de su partido.

Su optimismo, aún así, es limitado. En ningún momento se arriesgó a decir que el fin de ETA puede llegar esta legislatura. Más bien, al contrario. Aseguró que, a su juicio, no llegará un día en el que la organización terrorista diga que lo deja sino que todo se producirá de forma paulatina. «Será un proceso que tendremos que ir evaluando hasta vernos por fin liberados de esa lacra».