Sociedad

Alemania justifica la gestión de la crisis, pero aún no logra descubrir el origen del germen

La aparición de 365 nuevos casos desborda al Gobierno germano y deja sin sangre y plasma sanguíneo a los hospitales de Hamburgo

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Diez días después de que saltará la alerta por la conocida ya como 'crisis del pepino' y exculpadas de ella las hortalizas españolas, las autoridades alemanas siguen sin ser capaces de encontrar el origen del brote infeccioso que ha causado 16 muertos en el país. La única certeza hasta ahora es que «el entorno de Hamburgo es el epicentro» de una epidemia que ha sorprendido a los responsables sanitarios de la ciudad, donde ayer se registraron 365 nuevos contagios. El asunto, además, podría abrir una brecha entre los gobiernos de Zapatero y Merkel, distanciados tras hundirse el sector hortofrutícola español por las infundadas acusaciones alemanas.

Lo cierto es que las autoridades germanas no dan su brazo a torcer y la propia ministra de Agricultura, Ilse Aigner, salió en defensa de la gestión de la epidemia. «Si se encontraron agentes patógenos en pepinos españoles, había que lanzar una alarma rápida en cumplimiento de las normativas europeas», insistió. Era la primera reacción oficial ante los reproches que están llegando de España y la ministra defendió la alerta que sigue recomendando evitar el consumo de pepinos, lechugas y tomates, sin importar su origen. Tampoco se mordió la lengua la senadora de sanidad de Hamburgo, voz oficial que responsabilizó a los pepinos españoles del brote hace unos días. Cornelia Prüfer-Storcks defendió la retirada de los pepinos de los mercados y se atrevió a dar consejos a las autoridades españolas. «Si yo fuera la ministra de Agricultura de España trataría de averiguar cómo ha llegado la bacteria a los pepinos españoles», afirmó.

La senadora de Hamburgo, obligada por nuevos análisis del Instituto de Higiene, admitió el martes que la bacteria encontrada en las hortalizas procedentes de Almería era diferente a la cepa que ha contagiado a más de 1.800 alemanes.

Preguntas sin respuesta

Descartada la 'pista española', el Ejecutivo alemán se enfrenta ahora a muchos interrogantes y, de momento, carece de respuestas: ¿Cuál es el origen del germen asesino?, ¿dónde se esconde?, ¿qué alimentos están afectados?, ¿acaso es el ser humano el transmisor, tal y como lo sugirió una científica de la ciudad de Múnster? Esta incertidumbre ha desconcertado a los alemanes, acostumbrados a obtener respuestas rápidas y eficaces a sus problemas. La primera potencia económica de Europa se ve incapaz de atajar un brote infeccioso mortal diez días después de estallar la crisis. Peor aún, las autoridades sanitarias se enfrentan a un alarmante aumento de los afectados. En menos de 24 horas, el centro de control de enfermedades del país informó de 365 nuevos casos de 'E.coli', de los que una cuarta parte presentan el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), al que se atribuye la muerte de 16 personas.

La rápida propagación de la bacteria y el número creciente de infectados esta causando un nuevo problema en los hospitales, que están agotando sus reservas de sangre y plasma sanguíneo. «Necesitamos sangre, necesitamos plasma con urgencia», dijo Lutz Schmidt, director del servicio de donación de sangre de Hamburgo.