Los republicanos, liderados por el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, después de reunirse con Obama. :: C. DHARAPAK / AP
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Obama choca con los republicanos en su plan de elevar el límite de deuda

Los conservadores no sellarán el acuerdo si el presidente no se aviene antes a detallar un proyecto que recorte el presupuesto

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
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Barack Obama comprobó ayer de primera mano el vía crucis que le aguarda a cuenta de la imperiosa necesidad de elevar el techo de la deuda federal y evitar un parón de su administración antes del próximo 2 de agosto. Para entonces debería haber cerrado un acuerdo con los republicanos, dueños y señores del Congreso, que no darán su respaldo a la medida si el presidente no se aviene antes a detallar un plan que recorte de manera drástica el presupuesto nacional.

Al argumento de la Casa Blanca de que el país afrontará «desastrosas» consecuencias -incluido el retorno a la recesión- si la Cámara de Representantes no autoriza un incremento sustancial de la deuda, el portavoz de los conservadores, John Boenher, respondió con una carta firmada por 150 economistas, en la que estos insisten en que cualquier incremento en los límites de la deuda deben corresponderse con recortes del gasto de la misma proporción.

Aunque ninguna de las partes presumió de haberse arrancado alguna concesión significativa con la iniciativa presentada, los republicanos salieron muy vigorosos de la reunión y, sobre todo, convencidos de que sus argumentos harán ceder al final al Gobierno. «Ha llegado el momento. Ésta es la oportunidad que esperábamos para negociar en nuestros términos», declaró Boenher con aire de suficiencia.

Mientras, el secretario de prensa de la Casa Blanca Jay Carney, se felicitó de que demócratas y republicanos hayan dejado de lado las batallas dialécticas de los últimos meses, en su opinión, y dialoguen ahora sin enfrentamientos. Aún así, Jay Carney admitió que la reunión celebrada ayer no era sino una toma de contacto preliminar antes de abordar una negociación en toda regla sobre el asunto, una empresa que se anticipa realmente complicada.

La mayoría republicana de la Cámara de Representantes había derrotado el martes una propuesta de su propio partido para elevar el techo de la deuda nacional estadounidense desde 14,3 millones de millones de dólares a 16,6 millones de millones de dólares.

Propuesta republicana

En una inédita votación de 318 sufragios a favor por 97 en contra, los legisladores conservadores enviaron un mensaje de que todo plan de aumento del techo de deuda que no incluya un recorte de gastos no tiene posibilidades de aprobación en la Cámara Baja con su composición actual.

Esta acción de someter a voto una propuesta de ley por los republicanos solo para derrotarla ellos mismos fue calificada por los demócratas como un «circo» político que muestra la falta de seriedad de los conservadores. Para evitar que la iniciativa de ley pudiera tener un efecto adverso en el comportamiento de los mercados financieros, los republicanos programaron su votación una vez que había cerrado Wall Street.

Mientras, el Departamento del Tesoro volvió a advertir ayer de que el país necesita con urgencia un acuerdo para elevar el techo de la deuda y evitar una crisis de incalculables consecuencias que podría azotar a los mercados de todo el mundo. Para solucionar sus problemas de liquidez en los últimos meses, el Tesoro ha tenido que recurrir a las pensiones de los funcionarios y a otros fondos públicos. Los republicanos son escépticos sobre este escenario y cifran todas sus recetas en una medida alternativa, la de frenar en seco el endeudamiento nacional.

En las negociaciones lideradas por el vicepresidente Joe Biden, republicanos y demócratas han identificado decenas de miles de millones de dólares en forma de posibles reducciones de gastos. Con todo, las cifras manejadas por la Administración están muy lejos de los recortes que persigue la oposición.