Sociedad

Inglaterra pide aplazar la votación

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La habilidad de Sepp Blatter para salir a flote en cualquier inundación se volverá a poner hoy a prueba. En teoría, lo tiene fácil para conseguir su reelección. Su anunciado oponente, el catarí Mohamed Bin Hamman, se ha retirado y le ha dejado el camino expedito. Pero Inglaterra y Escocia han puesto el grito en el cielo y han pedido aplazar las votaciones hasta que investigue a fondo el escándalo de los sobornos que se ha llevado por delante a Bin Hamman. Blatter pone cara seria, pide no confundir la FIFA «con un bazar» y no ve razones para alargar el calendario electoral. El meollo del problema resulta difícil de explicar: el comité ético de la FIFA abrió un expediente el 25 de mayo al catarí Bin Hamman por haber intentado comprar votos para asegurarse su elección. En un correo electrónico, el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, le reprochaba: «Creyó que se puede comprar la FIFA como compró la Copa del Mundo». Esa cerilla acabó por encender una monumental pira que puede reducir a cenizas todo el entramado institucional. Blatter no se inmuta: «¿Crisis? ¿Qué crisis? Las federaciones nacionales decidirán si soy un presidente válido».