Precipitación injustificada
España deberá exigir una reparación por los daños causados en el 'caso de los pepinos'
Actualizado: GuardarLos análisis que se están efectuando en Alemania no han aclarado todavía el origen de la gravísima infección por Escherichia Coli (EHEC) en una de sus cepas más raras y dañinas, la 0104, pero ya empieza a sedimentar la convicción de que de las tres posibilidades barajadas -la infección de los pepinos en origen, durante el transporte y en el almacenamiento de destino- puede descartarse la contaminación en origen. Hasta ahora, se han producido quince muertes, trece de ellas de mujeres, todas en Hamburgo, además de un fallecimiento en Suecia de una persona que había viajado a esta ciudad. El Instituto de Higiene hamburgués ha descartado que dos de los pepinos españoles analizados como posibles causantes de la intoxicación fueran responsables del brote. Otros dos vegetales, uno español y otro de procedencia indeterminada, sí contenían EHEC pero todavía no se ha identificado la cepa. Ante tanta confusión, las autoridades alemanas reconocen que el problema no se ha solucionado y recomiendan a sus ciudadanos que se abstengan de ingerir vegetales crudos. Ayer, la senadora (ministra) de Sanidad de la ciudad de Hamburgo, que fue quien dio imprudentemente la voz de alarma, quiso justificarse con el argumento de que «la protección de la vida humana debe ser más importante que los intereses económicos». Cabe responder que perjudicando la agricultura española sin motivo no se protege a la vida humana sino al contrario: se desvía la atención de las verdaderas causas del mortífero brote, cuya etiología sigue sin detectarse. Es evidente que la dimensión humana de la tragedia eclipsa el quebranto material que padecen nuestros agricultores, pero ello no debe impedir que el Estado formule las reclamaciones oportunas a quienes resulten ser los causantes de la injustificada alarma que ha paralizado nuestras exportaciones. A este fin existen en la compleja Política Agraria Común mecanismos para resarcir a los productos que, por causa de fuerza mayor, no pueden comercializar sus cosechas.