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Durante las últimas semanas han sido numerosos los acontecimientos que nos han mantenido expectantes y que han sido los protagonistas indiscutibles de corrillos y tertulias. Primero se trató del Movimiento 15 M, ese fenómeno que levantó todas nuestras simpatías y que traspasó fronteras. Precisamente me encontraba fuera de España cuando surgió la iniciativa popular, de manera que pude comprobar en directo como la pacífica Spanish Revolution le quitaba todo el protagonismo al, ahora mundialmente famoso, ex Director del Fondo Monetario Internacional. Al margen de lo acontecido durante el desalojo de la Plaza de Cataluña por Mossos que, según el Defensor del Pueblo Catalán, no estaban adecuadamente identificados, veremos si las demandas del 15M encuentran una vía apropiada para encauzarse o, por el contrario, el Movimiento deriva hacia una acampada permanente. Veremos también si los políticos toman nota de lo expresado en las manifestaciones o, simplemente, hacen la vista gorda hasta su disolución total.

Luego vinieron las elecciones del 22 M. Marea azul o tsunami, según la posición del que comentase los resultados electorales. Por primera vez, el Presidente del Gobierno reconoció lo evidente, aunque después se hayan vuelto a hacer matizaciones sobre crecimiento en número de votos, diferencias absolutas y otras diversas apreciaciones, o sea, más de lo mismo. A continuación asistimos a ese gran problema existencial para el partido en el gobierno. Primarias o Congreso. La gran duda se ha resuelto de una manera coherente a los planteamientos acostumbrados: primarias sin primarias. Por el contrario, no he visto durante la pasada semana titulares significativos sobre las tendencias inmediatas del mercado laboral. Imagino, por tanto, que las expectativas siguen igual de negras. En Cádiz, incluso un poco peor. Porque, al fin y al cabo, también hay que contabilizar el efecto sobre los puestos en la Diputación de la debacle socialista. Por si fuera poco, durante estos días no vamos a poder tomarnos tranquilos ni un gazpacho. Tras la declaraciones de la ministra alemana, a ver quien nos aclara donde y como se infectaron los pepinos. En fin, unas semanas intensas y llenas de acontecimientos. Esperemos que los próximos días sean más tranquilitos y que podamos empezar a disfrutar del buen tiempo en nuestra playa Victoria, siempre fantástica con o sin bandera azul.