Opinion

El 'bzpllaco' y el socialista quemado

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A ambos lados del Atlántico, dos astros o lo que sean hacen lo que pueden. Entre ellos no harían un café con leche, porque ambos son blancos. No van a producir ningún acontecimiento histórico que suponga ningún tipo de interposición planetaria. Pero hablando de planetas, astros y estrellas, uno hará estrellar su partido en las urnas, el otro se ha estrellado para siempre. Uno ha llevado a España al precipicio del infierno y el otro ha clamado por encontrarlo directamente. Si no fuera porque uno me representa y del otro dependíamos para seguir respirando, financieramente hablando, que no pase un minuto más y que ambos se caigan y se abrasen, aunque el infierno utilice como combustible energías renovables.

Negó la crisis, definió luego la situación como desaceleración económica, a los que ejercimos la práctica de la crítica, nos tildó de catastrofistas y antipatriotas. Ahora se intenta transmitir la idea que sólo ellos son capaces de arreglar la situación con soluciones de izquierdas. Se han inventado el término de la derecha extrema y no saben lo extremadamente estúpidos que pueden llegar a ser algún que otro de izquierdas.

ZP se ha equivocado igual que DSK, la fiera de la France. Aquel se llena la boca definiéndose como republicano, rojo y feminista. No sabe por lo visto que España es monárquica, mucho más azul de lo que parece y una gran mayoría silenciosa apuesta decididamente por hacer realidad la efectividad del artículo 14 de la Constitución. El descendiente de Obélix también es republicano y rojo, pero a diferencia del astro español, no sé si es feminista, pero de lo que sí estoy seguro es que le gustan muy femeninas.

En ocasiones me pregunto que tendrá en la cabeza el señor presidente. Parece que lleva toda la vida buscando a Wally. De éste siempre pensé que estaba en el propio libro y entre la muchedumbre que conforman sus propias páginas. Aún recuerdo el sofocón que le costó al pobre periodista que preguntó hace años en Cádiz donde estaba Wally. Así rezaba el título del artículo. El tal Wally se sintió ofendido y utilizó todos los resortes del poder (vamos, como si fuera el mismísimo Franco exhumado del Valle de los Caídos), para que el relator de la historia saliera con el rabo entre las piernas. Pero ¿Quién es Wally ahora? Lo digo porque su prepotencia le hace incurrir en la ignominia y en la descalificación del que piensa distinto. Puede que sea ¿el que atribuye a los demás la condición de bellaco porque contradicen sus pareceres? O puede que sea ¿un vulgar socialista quemado del que sus propios compañeros se alejan ante su presencia? Titulábamos el artículo con una palabra que probablemente provenga del finlandés (cinco mayúsculas seguidas), pero una rápida lectura haría confundirla. El resto del contenido del título, es esclarecedor, al tiempo que polivalente, se puede emplear para muchos, no sólo para el presidenciable socialista francés, también para el presente presidente socialista español. Bueno, el término no termina en estos dos personajes, podríamos extrapolarlo a un sinfín de «camaradas».

Habrán observado que hablo de dos personajes. El primero ha arruinado a 44 millones de españoles, empobreciéndolos hasta límites insospechados y lo que queda. El segundo, se ha arruinado el sólito. Tiene nombre de volcán y este irrumpió en erupción desde el día que lo parió su madre. Todo él es materia incandescente, tanto, que ha terminado quemado y ahora huele a chamusquina. Él es el socialista quemado por antonomasia, no podía ser otro desde luego, aunque va a ser que sí, contradicciones de la vida, porque el otro también es producto de las llamas. Ambos son pues, socialistas quemados. Nuestros dos personajes, porque son dos, aunque a veces pensemos que sólo uno sigue el relato integro de la historia, tienen pocas cosas en común, salvo que los dos ejercen de rojos. Bueno, perdonen ustedes por el atrevimiento, del rojerío de uno de ellos, me hace sonreír y no parar. El del otro, simplemente me aterra. Su errática política teñida de rojo bermellón, es la causante hoy de todos nuestros males.

La pretendida por la progresía y mal asumida desde luego, superioridad moral de la izquierda, ha quedado patente, en los primeros lances de todo el pollo montado por el director general del FMI. Pero no, nada de superioridad, para hablar con propiedad hay que hacer uso del concepto que de verdad se adecúa, el de la doble vara de medir. Sólo hay que escuchar las sandeces, una detrás de otra de la ministra de Economía española, que al serle preguntada por lo acontecido, salió diciendo que «el organigrama del FMI es sumamente complejo y él tiene un carácter muy fuerte». Con Berlusconi no ha sido tan complaciente, sino todo lo contrario. Y que conste, hay que ser implacable con los dos, los dos son merecedores de las llamas del infierno.

Cuando el señor Rodríguez Zapatero no llama a las cosas por su nombre, si no que lo hace a su libre conveniencia, lo que le ocurre a diario, es sin temor a equívocos, la doble moral con la que él y muchos de sus acólitos encauzan y justifican sus conductas en las que consiste su política. Sólo un ejemplo. Calificó de problema técnico, el cambio de ubicación del cierre de campaña, prevista en un principio en la Plaza Mayor de Madrid. Pero su falta de determinación, coraje y valentía, hizo que cambiara el castizo emplazamiento por el de Ifema, allí donde las estrellas de la moda en las postrimerías del verano, cuando la Pasarela Cibeles se viste de gala. Imagínense a nuestro ilustre personaje galo, ante tanta fémina desfilando. Como ven volvemos al planeta, los astros y las estrellas y lo hacemos en «rigurosa exclusiva mundial», decía Pajín, «la buena nueva que se avecina para los que afortunadamente vivimos en la era de ZP. Algo tan extraordinario que va a marcar nuestras vidas y en lo que han puesto su esperanza muchos seres humanos en España». A los de «democracia real ya», parece que después de siete años de gobierno socialista le han marcado la vida y sí es un simple camelo, algo así cuestión de siglas, antes 11M y ahora 22M, es que nos la han metido torcida y sin vaselina.

Quieren que les diga ¿dónde encontrar hoy a Wally? Lo encontrarán en el km 0, en lo alto del oso y del madroño.