Sergio trabaja en su restaurante familiar Gran Mundo, situado en el barrio La Laguna. :: MIGUEL GÓMEZ
Ciudadanos

Desmontando cuentos chinos

Este gaditano trabaja en un restaurante familiar y da explicación a las creencias que los acusan de no pagar impuestos o de acaparar los negocios Sergio Zhou, de origen asiático, lamenta los mitos que rodean a su comunidad

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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De ellos mucho se dice y poco se sabe. Creemos que están acaparando nuestros negocios y que los locales vacíos solo ellos son capaces de levantarlos. Y es que no solamente regentan los bazares multiprecios de la ciudad, sino que ya llevan tiendas de alimentación y hasta centros de estética. Se han creado multitud de leyendas urbanas sobre sus costumbres, pero en raras ocasiones son ellos los que toman la palabra para expresarse y defenderse. Sergio Zhou es un joven de origen chino pero gaditano de nacimiento, sus padres llevan en Cádiz más de veinte años al frente de un restaurante y a sus oídos llegan «barbaridades» como que ponen de comer carne de gato o que no pagan impuestos. Es consciente de los falsos mitos que rodea a su familia y a sus compatriotas, porque los padece desde que nació. Ahora él toma la palabra y asegura que le encanta vivir en España, pero que no soporta los prejuicios: «por culpa de los prejuicios la gente cree que ponemos en nuestro restaurante carne de gato y eso es incierto». Explica que el mito puede tener su origen en que «en la parte más pobre de China se comen gatos, pero porque hay mucha hambre, igual que aquí en época de guerra se comerían hasta las ratas». Asevera que el género lo compran a proveedores españoles, «menos el bambú y las setas que tenemos que pedirlos a empresas chinas». Es más, argumenta que los menús de su restaurante, Gran Mundo, están «españolizados». «He viajado varias veces a China y allí mis abuelos no comen el arroz a las tres delicias ni los rollitos de primavera como los hacemos aquí. Tenemos que adaptar todo a los gustos de esta tierra, porque si no chocarían mucho los sabores». Hay hasta platos que allí ni se cocinan, como el pollo con almendras. Sergio tiene dos hermanos, los tres han nacido en España, se siente mitad de allí y mitad de aquí y, por eso, es capaz de contar porqué los acusan de ocupar todos los negocios: «dicen que somos muchos porque trabajamos de cara al público y parece que somos más». Sin embargo, abundan los comentarios sobre su escasa capacidad de diversión: «el que viene lo hace para trabajar no para ir de fiesta. No somos de salir porque no tenemos la visión de una discoteca como lugar de diversión. Preferimos reunirnos en casa con los amigos».

En referencia al desconocimiento sobre qué hacen con sus muertos, Sergio ironiza: «creen que nos lo comemos. Es absurdo como cuando aseguran que no pagamos impuestos. La explicación es muy sencilla: nosotros tenemos panteones familiares en China y cuando morimos queremos descansar allí».