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El termómetro de la crisis de las arcas municipales
El PP ha iniciado los contactos para su llegada al gobierno, y una de sus primeras acciones será pedir un crédito para los pagos urgentes
Actualizado: GuardarNunca un desembarco político fue tan esperado. Y es que la llegada del equipo del PP a la Alcaldía de Jerez prevista para el 11 de junio es un trámite necesario para los próximos regidores de la ciudad que estos días ya están lidiando con los problemas económicos del Consistorio pero «con poca capacidad de acción y sin conocer la situación real». Pero también hay urgencia entre los acreedores de la institución, que no van a dejar que pase el tiempo para seguir adelante con sus reclamaciones.
Por eso, pese a que faltan aún más de 15 días para que la popular María José García-Pelayo tome posesión como alcaldesa de Jerez, el trabajo duro ya ha empezado para ella y para su equipo, en particular para el que será el futuro delegado de Economía, Enrique Espinosa, en cuya capacidad recaerá la responsabilidad de salir adelante de la situación de las arcas municipales.
Y es que el panorama económico al que tendrá que enfrentarse el nuevo ejecutivo es muy negro y protagonizó ayer la primera comparecencia de la alcaldesa electa, que confirmó que ya ha mantenido contactos con el actual gobierno y que recalcó que la próxima semana tendrá la agenda repleta de reuniones que iniciará con el encuentro con el teniente de alcalde Casto Sánchez y continuará con una ronda con las distintas concesionarias de servicios públicos.
De esta forma, y tras recalcar que el nuevo gobierno «no va a parar los proyectos beneficiosos para la ciudad, aquellos en los que haya transparencia», la futura primera edil quiso compartir la información que disponen de la situación de las arcas municipales y que, según el cálculo que han realizado a priori y que tendrán que certificar tras la toma de posesión, desvela que el actual gobierno local ya ha gastado alrededor de 57 de los 60 millones de euros anuales recaudados de los impuestos y que llegan a cuenta del acuerdo con Diputación.
«Tres millones de euros, eso es lo que queda para el resto del año», expuso García-Pelayo, que dejó claro que esta evidencia les va a llevar a tomar decisiones inmediatas una vez hayan llegado al gobierno.
Prueba de ello es que el PP ya ha anunciado que lo primero que harán una vez que desembarquen en el Consistorio será una auditoría interna del estado de las arcas municipales, que debe estar lista en unos 15 días, y que servirá de base para la elaboración de un plan económico-financiero que tendrá que contar con el visto bueno de la Junta de Andalucía y que abrirá la puerta a que el nuevo ejecutivo pueda solicitar a las entidades bancarias lo que se denomina como préstamo de inicio de legislatura. En concreto, se trata de dos préstamos de 10 millones de euros cada uno que servirán para afrontar los pagos más urgentes y básicos.
El propio Enrique Espinosa, que en todo momento quiso mandar un mensaje de tranquilidad, dijo que como muy tarde para el 30 de julio debe estar elaborado este plan, a lo que García-Pelayo añadió que «no podemos renunciar a ese crédito».
También quisieron calmar los ánimos los populares respecto al abono de las próximas nóminas de la plantilla municipal. A este respecto, García-Pelayo dijo tajantemente que se van a cobrar, aunque no dejó de recordar que la próxima, la del mes de mayo, le corresponde dejarla firmada al actual gobierno. Pese a todo, los populares han explicado que están colaborando con el ejecutivo a la hora de realizar las gestiones oportunas para que se puedan realizar los ingresos a la plantilla. Hay que recordar que, según los cálculos del PP, la nómina del mes de mayo asciende a unos 4,5 millones de euros, mientras que la de junio, que incluye la paga extra, sube hasta los siete millones.
Respeto a las reuniones con las concesionarias, la próxima primera edil no ocultó que uno de los aspectos que más preocupa es el de la huelga convocada por la plantilla de Urbaser para el próximo día 13 de junio, apenas dos días después de su llegada al gobierno. Por eso ayer mismo se reunieron con el comité de la concesionaria del servicio de basura y limpieza viaria, y la semana que viene hará lo propio con la dirección de la empresa para tratar de frenar los paros. El lunes por la tarde protagonizará también un encuentro con la dirección de Urbanos Amarillos para empezar a mejorar el servicio de transporte urbano y el martes le tocará el turno a Linesur, la adjudicataria del transporte en pedanías.
Y pese a toda esta vorágine, García-Pelayo dejó claro que el nuevo equipo se muestra «animado, tranquilo y con fuerzas» para trabajar en la dirección acertada y ante este reto, y sin duda no podrá esperar a que llegue el día 11 de junio para ponerse manos a la obra. Como lo definió ayer la propia García-Pelayo, «estos días lo que debe funcionar en Jerez es un gobierno de concentración de PP y PSOE».
La figura clave en torno a la que pivotarán todas las acciones del nuevo ejecutivo de Jerez para hacer frente a la crisis económica será la de Enrique Espinosa, número cuatro de la candidatura popular a las elecciones, y el referente al que ayer le pedía asesoramiento la alcaldesa electa, María José García-Pelayo, a la hora de aportar cualquier dato o esbozar futuras medidas.
Y es que este exresponsable regional de La Caixa ya jubilado va a ser el termómetro para medir cómo va las gestiones del nuevo ejecutivo local en su lucha titánica por lograr salir del estancamiento económico e incluso alcanzar uno de sus compromisos electorales: lograr el déficit cero. Entre bromas, la futura regidora decía ayer que «mientras Enrique esté bien, todo irá bien».
Y al próximo delegado de Economía no parece pesarle la responsabilidad -«es todo un reto», llegó a decir- y todavía desde la oposición ha marcado plazos para la auditoría interna y el nuevo plan económico-financiero, e incluso ha trasladado mensajes como que el PP va a mantener el acuerdo de recaudación firmado con Diputación. «Hay que estudiarlo en profundidad, pero por ahora genera tesorería mes a mes y es necesario», apostilló con mucha calma.