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Renuncia por Zapatero

La retirada de Chacón facilita la sucesión en el PSOE pero no aclara el futuro del partido

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La renuncia de Carme Chacón a presentarse a las primarias auspiciadas por Rodríguez Zapatero, al entender que se estaba poniendo en riesgo la unidad del PSOE, la credibilidad de su secretario general y la propia estabilidad del Ejecutivo, permite a la dirección socialista hallar una solución de compromiso con la designación de un candidato a la presidencia de gobierno por parte del comité federal -Alfredo Pérez Rubalcaba-, evitando tanto la celebración de primarias como la convocatoria del congreso propuesto por Patxi López. Puede que el cortafuegos establecido por Zapatero con la retirada de Chacón de la liza interna no satisfaga plenamente ni a quienes reclamaban primarias ni a quienes abogaban por una catarsis congresual. Pero más dudoso resulta que, frente a la perspectiva de una solución pacificada de antemano, se alcen voces reclamando una revisión inmediata y a fondo de la estrategia socialista, revocando a su dirección actual y eligiendo un nuevo secretario general. El hecho de que Rodríguez Zapatero se aferre a la defensa de su trayectoria y al cometido reformador que los retos de la economía le habrían asignado sin ningún atisbo de autocrítica ni disposición a atender el parecer de los demás no significa, ni mucho menos, que sus críticos hayan procedido a un diagnóstico claro y concluyente de lo acontecido el 22 de mayo o representen una alternativa coherente a la inercia que encarna el presidente del Gobierno. Todo lo contrario, el PSOE parece empantanado en una lucha de posiciones que nada aclara sobre lo que cada cual propone para el futuro. Sin ir más lejos, la propia Chacón dijo ayer que su propósito era «recuperar y actualizar las señas de identidad de la socialdemocracia», sin precisar en qué momento pudo perderlas el PSOE o dilapidarlas el Gobierno del que forma parte, y en qué sentido pretendía corregir tal rumbo. No es el procedimiento que se siga para la sustitución de Zapatero como candidato lo que puede restarle autoridad al presidente, sino la evidencia de que el PSOE no se encuentra en condiciones de orientar o secundar las reformas a las que su secretario general se refiere como argumento para agotar la legislatura.