Bermejo mostró una gran movilidad pero nunca estuvo cerca del gol. :: LOF
CRÓNICA

La ilusión se agota en Vallecas

El Xerez sale goleado del Teresa Rivero y solo le une al 'play off' una remota opción matemática

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Se acabó lo que se daba. Las ilusiones del Xerez Club Deportivo por meter la cabeza en el 'play off' de ascenso se secaron ayer por completo en la calurosa mañana de Vallecas. El guión dice que pocas veces un equipo deja escapar el ascenso cuando lo tiene al alcance de la mano y los azulinos no tuvieron la capacidad de escribir una historia diferente ni de aguar una fiesta que ya estaba totalmente planificada -el Rayo es equipo de Primera a todos los efectos-. Puede que el árbitro tuviera su cuota de culpabilidad a la hora de analizar la derrota que ayer sufrió el Deportivo, pero la realidad es que el Rayo Vallecano fue mejor, quiso más, tuvo más necesidad, mayor motivación, más sed de victoria y logró su objetivo a pesar de que la final definitiva era para el cuadro que entrena Javi López. El Rayo Vallecano iba a acabar con los dos pies en Primera División de todas todas. Llegó al Teresa Rivero virtual ascendido y aunque hubiera perdido ante el Xerez iba a terminar la campaña cruzando la meta en el puesto deseado. En cambio los azulinos se encontraban ante un callejón sin salida. O derribaban el muro o se quedaban en el sitio y lo cierto es que faltó mucha disposición y fuerza para demoler o escalar la pared que les acorralaba.

Buscar un único culpable de la derrota de ayer sería tan complicado como injusto. Y la misma circunstancia se repite a la hora de señalar a un responsable de que al Xerez se le haya escapado un 'play off' que a mitad de temporada parecía al alcance de la mano. Han fallado y fallaron los jugadores. Ha fallado y falló el entrenador. Ayer no valía de nada un empate y el Xerez salió reservón. Cuando la situación empeoró y los xerecistas jugaron con un hombre menos fue cuando mayor casta mostraron. Y cuando se igualaron las fuerzas numéricas también faltó la ambición y el romanticismo necesario para tirar de la magia y el arte de un Antoñito en estado de gracia. El sevillano se quedó en el banquillo, pero no se mordió la lengua.

Sandoval es un entrenador emotivo y tiró de motivación para tratar de resolver el ascenso del Rayo cuanto antes. El técnico del cuadro madrileño ordenó a sus hombres que terminaran el calentamiento a falta de veinte minutos para el comienzo del partido porque les tenía reservada una sorpresa. El preparador del cuadro vallecano quería que sus hombres saltaran al campo rebosando motivación y les puso un vídeo en el que los familiares más cercanos de los futbolistas le transmitían su apoyo. Las imágenes provocaron que los jugadores del Rayo saltaran al césped con cinco minutos de retraso y secándose las lágrimas de las mejillas, pero lo cierto es que el vídeo no tuvo un gran efecto inmediato sobre el rectángulo de juego ya que el dominio del cuadro local no se tradujo en peligro sobre la portería del Xerez. Sí, el Rayo tenía la bola y muchos metros de campo, pero no la velocidad, profundidad ni intensidad necesaria para abrumar a un Deportivo que soportó con entereza el primer cuarto de hora de juego para luego incluso pelearle la posesión de balón a los de Sandoval.

Un único cambio

Javi López apostó por el esquema y los jugadores que venía utilizando en los últimos encuentros. Tiró de José Mari y se acordó de Vicente Moreno para tapar el hueco que Leandro dejaba en la defensa. Y aunque el Xerez no pasó grandes apuros en los primeros 45 minutos tampoco fue capaz de crear ninguna ocasión de peligro en toda la primera parte. Un timidísimo disparo lejano de Bermejo y un posible penalti a José Mari no le quitaron el protagonismo a Moreno. El valenciano tuvo el mejor balón en área contraria para crear peligro, pero no supo resolver cuando le cayó una bola casi en el área chica después de un córner. La falta de definición de Vicente no fue lo peor. El que fuera capitán del Deportivo fue víctima de un riguroso arbitraje que le mandó al vestuario cuando faltaba un minuto para alcanzar el descanso.

La expulsión del central fue el primer punto de inflexión de un partido que no tardaría en cambiar de escenario. Javi López tenía todo el descanso para buscar soluciones y metió a Cordero y Gerard para reorganizar un equipo en el que ya no estaban Moreno, Font ni José Mari. El problema es que los xerecistas no tuvieron tiempo a comprobar como funcionaba la máquina azulina tras las permutas, pues a los tres minutos de la reanudación el Rayo montó una rápida contra que acabó con la celebración del primer tanto del conjunto madrileño. Un minuto antes David Lombán había tenido en su cabeza el gol xerecista, pero el fútbol castigó al Deportivo con la ley de los fallones: a la siguiente jugada llega el gol en contra.

Con un hombre menos, con el marcador en contra y con la fiesta rayista en la grada, el Xerez sacó su mejor versión. Tuvo que sentirse totalmente acorralado para arriesgar y apretaron con la valentía del que nada tiene que perder. De hecho, el empate se vio mucho más cerca cuando Pino Zamorano también dejó con un hombre menos al Rayo Vallecano. La grada bajó de manera importante su nivel de decibelios. Las piernas comenzaron a temblar y el temor se apoderó de vallecas hasta que Raúl Llorente decidió el encuentro. El madrileño falló, patinó, erró, marró, se equivocó, la cagó. Perdió un balón sencillo cuando era el último hombre de la defensa. Cedió a la presión de Armenteros y le dejó en bandeja el segundo gol al argentino cuando más cerca estaba el Xerez de meterse en el partido. Emiliano galopó con fe, recortó con maestría a Chema, hundió el esférico en el fondo de la portería e hizo subir al cielo al Rayo al mismo tiempo que mataba a un Xerez que 82' de partido daba la temporada por finalizada. Después llegó el festejo del tercer tanto, pero al xerecismo ya nada le importaba. Sí, el Deportivo continúa unido al 'play off' por un finísimo hilo matemático que pasa porque el Valladolid pierda sus dos partidos (Huesca y Alcorcón), el Xerez se impongan en los dos y además que el Alcorcón también pierda su próximo encuentro (contra el Betis, en Madrid). La carambola es suficientemente importante como para decir que el Xerez puede comenzar a pensar en la próxima campaña.