Fran Gómez pasa de hinojos al primero de sus enemigos. :: A. VÁZQUEZ
CRÍTICA

FRAN Y GALVÁN PIDEN PASO

Ambos novilleros salieron a hombros tras cuajar excelentes faenas a buenos novillos de Collado Ruiz

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Entretenida novillada la que pudieron presenciar los aficionados que se acercaron al vetusto coso de San Fernando en la que se lidió un noble encierro de Collado Ruiz que derrochó la movilidad necesaria para que la terna actuante desarrollara su toreo. El único aspecto negativo de los bien presentados novillos consistió en su escasez de fuerzas y en su poco fondo de casta, que provocó que tendieran a pararse en los tramos finales de los trasteos. Una de las notas más agradables de la novillada la puso el gaditano Fran Gómez, quien muy valiente y decidido durante toda la tarde, imprimió calidad y un alto nivel estético a su labor. Recibió a su primero con larga cambiada y metió después la verónica en cuatro lances que abrochó con media y revolera. Se vivió un bonito episodio de competencia novilleril cuando David Galván cuajó un quite templado por verónicas y Fran replicó de inmediato con otro quite por ceñidas gaoneras. Inició la faena de muletas con una tanda de derechazos plantado de hinojos en los medios, en la que aguantó con valentía parones y dudas del novillo. Ya en posición erguida, cuajó dos tandas de naturales en las que estiró la embestida del animal y otorgó a cada muletazo elevadas dosis de cadencia y plasticidad. Una redonda actuación del gaditano que culminó con una bernardina postrera, de la que salió prendido sin aparentes consecuencias. Tanto a este, muy noble pero de escasa fuerza, como al quinto, más encastado, lo despachó Fran de estocadas algo desprendidas. Su segundo enemigo presentó mayor fortaleza que sus hermanos y se revolvía con presteza. En cuanto Fran le ganó la batalla con la franela, el novillo tendió a pararse y a cortar aún más su viaje. Aun así, el gaditano cuajó algunas tandas de indiscutible mérito en las que no dudó en ningún momento ante la cara del incierto animal.

Otro episodio gratificante de la novillada consistió en contemplar a un David Galván que demostró clase y empaque de buen torero. Derrochó armonía en las verónicas de recibo a sus dos oponentes, que resultaron templadas y lucidas, en las que movió el capote con delicadeza y lentitud. Muleta en mano dibujó ayudados por alto rematado con profundos pases de pecho. Ante su primero, un novillo muy noble que fue perdiendo recorrido en la acometida, elaboró una faena basada en el toreo en redondo. Cuando tomó el engaño con la izquierda, el animal estaba ya aplomado y aquerenciado en tablas. El novillo que cerraba plaza salía distraído de las telas y tendió a rajarse demasiado pronto. Por lo que la faena de Galván consistió en un intento continuado de que el animal le repitiera las embestidas. Aun así, logró muletazos aislados que destacaron por su calidad y estética. Dos grandes estocadas al volapié le valieron la obtención de los máximos trofeos.

No tuvo suerte Thomas Dquffau con el lote que le correspondió. Pues aunque nobles y con movilidad, sus utreros mostraron escaso recorrido y perdieron las manos con insistencia. No obstante, entre los aficionados quedó el halo de que el francés es un novillero con aplomo, cuajado y de mucha valentía. Derrochó gusto en sus saludos capoteros, que remataba con chicuelinas, medias y revoleras. Inició su primer trasteo con pases cambiados por la espalda y continuó con un pulcro toreo en redondo y al natural, que contó con el permanente óbice de la poca fortaleza de su oponente. Novillo noble que humilló y que le permitió desplegar un toreo encimista de circulares y circulares invertidos en el tramo final del trasteo. Algo parecido ocurrió en el cuarto, noble y de pocas fuerzas, que obligó al francés a pegarse un auténtico arrimón para extraer medios muletazos del inmóvil animal. El mal uso de los aceros el privó de trofeo. Con la triunfal salida a hombros del gaditano Fran Gómez y del isleño David Galván se puso fin a un festejo en el que se vivieron momentos de mucho interés y del que los aficionados salieron muy satisfechos.