Al término del partido, los jugadores del Málaga mantearon a Arnau, que deja el fútbol tras diez años en la entidad malaguista. :: EFE
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El Barcelona gana fe para Wembley

Sebas Fernández adelantó a los de Pellegrini, que homenajearon a Arnau por su retirada tras diez años en la entidad Cerró la Liga con un ilusionante triunfo en Málaga, en un partido sin trascendencia

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Tras dos empates soporíferos ante Levante, para cerrar el título, y Deportivo, en plena resaca por la celebración, el Barça acabó la Liga de la mejor forma posible: con una victoria en Málaga ilusionante por la juventud del equipo alineado por Guardiola y esperanzadora de cara a la final de Wembley porque siempre es positivo llegar a las grandes citas con el sabor de una victoria reciente en el paladar.

Con Valdés, Piqué, Puyol, Xavi, Iniesta, Villa y Messi recargando las pilas en un duro entrenamiento que tuvo lugar en Barcelona y Sergio Busquets, Alves, Pedro y Mascherano sentados en el banquillo de La Rosaleda, el Barça sólo utilizó a un posible titular en la final de la Liga de Campeones: Abidal, que necesita ritmo competitivo tras su grave enfermedad. El resto, suplentes del primer equipo (Pinto, Adriano, Maxwell, Bojan, Jeffren y Afellay) y canteranos del filial (Bartra, Thiago, Fontàs y Sergi Roberto).

La mezcla no funcionó de inicio ante un Málaga que ha acabado la Liga como una moto y que buscó el gol por mediación de Duda y Eliseu hasta que lo encontró Seba. Pero el Barça, liderado por Bojan, empató antes del descanso gracias a un penalti provocado y transformado por el delantero.

En la segunda parte, Guardiola fue dando entrada progresivamente a Alves, Mascherano y Pedro, manteniendo a siete jugadores del primer equipo en el once para no cometer alineación indebida. Y con el empuje de los citados llegaron los goles de Afellay, impresionante su remate con la derecha desde la frontal del área, y Bartra, que cabeceó un córner de forma impecable. Con el 1-3, el partido se convirtió en un homenaje de despedida al guardameta Arnau tras diez años en el club. Entró por Caballero precisamente ante su exequipo, el Barça. El encuentro fue una fiesta para los locales, ya salvados matemáticamente del descenso. Por eso, la Rosaleda registró una entrada de unos 30.000 aficionados, que no quisieron perderse la despedida de los suyos, que finalmente consiguieron la permanencia tras un año muy complicado.

Pep Guardiola utilizó el compromiso para calentar motores antes de la final de la Liga de Campeones de Europa, que disputará en Londres ante el Manchester United el próximo sábado 28 de mayo.