Economia

Telefónica 'entierra' el listín y las cabinas

MADRID. Actualizado: Guardar
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El listín telefónico, al igual que la cabina que popularizó López Vázquez, agotan la última etapa de su vida. Las guías impresas del teléfono fijo solo se suministrarán a demanda, porque desaparece la obligatoriedad de su distribución masiva. También se ajustarán a las necesidades el número de cabinas públicas, utilizadas cada vez por un menor número de clientes. El vandalismo y los hábitos de los clientes, que cada vez optan más por los locutorios o disponen de teléfonos móviles, han reducido al mínimo su utilización.

Un real decreto aprobado ayer por el Consejo de Ministros intenta adecuar las obligaciones de las operadoras encargadas de la prestación del servicio universal a los nuevos hábitos de las telecomunicaciones, a la vez que incorpora la obligación de facilitar el acceso a la banda ancha a la práctica totalidad de los usuarios, incluso a los residentes en remotos parajes. La designación de los operadores responsables de las obligaciones del servicio universal se producirá antes de que termine el año.

Las compañías podrán licitar desde ahora mismo los correspondientes servicios. La norma aspira a que la generalidad de los ciudadanos pueda utiliza la banda ancha y a reducir al mínimo la brecha digital. El Ministerio de Industria calcula que la incorporación al servicio universal del acceso a Internet a una velocidad de descarga de un megabit por segundo beneficiará a unos 350.000 hogares que aún no la disfrutan. Los operadores estarán obligados a satisfacer en el plazo de 60 días las solicitudes de conexión a la Red consideradas razonables.

El regulador exigirá que se instale una cabina de teléfonos allí donde exista lo que considera una oferta suficiente. En los municipios de 1.000 o más habitantes habrá al menos un teléfono público de pago y uno más por cada 3.000 habitantes. Allí donde se considere justificado, también habrá una cabina en las localidades con población inferior a 1.000 personas.