La agonía de José Mari

José Mari está viviendo esta temporada en el Xerez las dos caras del fútbol. El delantero sevillano, máximo anotador del conjunto azulino, ha sufrido varias lesiones desde su llegada a la entidad jerezana. Para empezar, en plena pretemporada un golpe con el portero del Arcos le llevó a no poder debutar hasta la cuarta jornada del presente campeonato liguero. Resurgió de sus cenizas a base de goles que dieron muchos puntos, pero unas molestias en la zona del glúteo le ha estado fastidiando cada sesión de entrenamiento, cada partido, donde mejor se desenvuelve él, en su hábitat natural. Este pasado domingo tuvo que ser sustituido en los primeros compases de la segunda mitad por unas molestias en ese glúteo fastidioso. El desenlace fue menos desastroso de lo que se temía, ya que el mismo miércoles, en el primer entrenamiento del equipo, seguía trabajando junto a sus compañeros. Pero, a pesar de sus 17 tantos en Liga, José Mari es humano y ayer dio una triste muestra de ello. El ex del Milan no pudo completar la serie de ejercicios debido, una vez más, al maldito glúteo, ese músculo que hace que no brille como muchos eran incapaces de creer cuando arribó a la nave azulina a principios de julio. No se tuvo que hace pruebas ni esperar diagnóstico alguno. Él ya sabe cuál es su cruz en esta gran temporada a nivel personal.

«Es un problema en el nervio ciático que se queda pinzado y tengo un dolor muy molesto en la zona del glúteo», explicaba el 23 del Deportivo después de pasar más de una hora por las milagrosas manos de Diego, el 'fisio' del Xerez. El problema reviste en que el jugador sufre «cuando hago movimientos explosivos», que en su caso, al menos en los 90 minutos de combate de cada partido, suele ser en todo momento. «Me permite entrenar más o menos con el equipo, pero voy muy limitado y hay momentos en los que me duele mucho más y otros en los que está más controlado el dolor», reconoce resignado el futbolista, quien aclara que las molestias sufridas ayer «vienen siendo las mismas que la de la semana pasada, y de otras tres semanas. Tengo bastantes molestias y no es una lesión como otra cualquiera, que tiene fecha de curación, es algo más complicado y me tiene muy preocupado».

Una preocupación lógica, teniendo en cuenta lo ocurrido la semana pasada. El atacante entrenó con cierta normalidad en los días últimos previos al encuentro ante el Salamanca, pero al comienzo de la segunda parte el dolor hizo gran mella y tuvo que pedir el cambio. José Mari no lo niega y reconoce que teme «que vuelva a ocurrir, de ahí la preocupación que tengo. Nunca se sabe cuando estoy bien o mal. A veces me encuentro mejor, pero al día siguiente puedes recaer. Espero que las cosas se solucionen pronto y se vaya ese dolor de una vez». Sin embargo, Javi López lo dejó claro en la primera semana de molestias del ariete xerecista. «José Mari tiene que aguantar ese dolor y lo va a hacer», espetaba el técnico en la previa de un partido en el que el hispalense volvió a marcar. Ahora, varios partidos después, las señales que el cuerpo le está dando avisan de que ya son muchas semanas soportando: «Yo aguanto lo máximo que puedo, lo que pasa es que muchas veces, cuando me siento impotente en el campo, que a lo mejor intento dar una carrera y no la puedo dar, o en un salto... Vas sumando todo y uno siente impotencia. El dolor se aguanta, pero al no dar lo mejor de mí, uno se siente mal».

Afortunadamente, los delanteros del Xerez llegan en buena racha anotadora al tramo final de Liga, algo que agradece el equipo y el propio José Mari: «Es muy importante. Los goles al final diferencian un equipo de otro, sobre todo en esta categoría tan igualada, y es muy buena señal que Antoñito entrase el otro día al campo y estuviese enchufado, lo hiciera bien... Son señales de que todos tiramos del mismo lado y esperemos que siga la racha y podamos meternos en la fase de ascenso».