El comando de la T-4 secuestró tres días a una familia en 2007
MADRID. Actualizado: GuardarCuatro días y tres noches, atados, con un antifaz y sin saber dónde estaban. Este fue el tiempo que duró el encierro de una familia que fue retenida por el comando de ETA que atentó contra la Terminal 4 de Barajas.
Los hechos ocurrieron en la localidad francesa de Messanges, en agosto de 2007, y los etarras abandonaron a la pareja y a su hijo de 4 años en un pueblo a dos horas de ese lugar.
Las víctimas revivieron este lunes aquel episodio en la Audiencia Nacional, durante el juicio que se celebra ayer y hoy contra los etarras Igor Portu y Mattin Sarasola, a los que el fiscal pide sendas penas de 67 años de cárcel.
Tras hacerse pasar por policías franceses, Portu y Sarasola retuvieron a la familia y las condujeron en su furgoneta a la habitación de una vivienda de la localidad de Gurs, donde los dos adultos fueron atados al somier de una cama y el niño abandonado en la habitación.
Era un viernes de agosto a mediodía y pese a que les habían anunciado que les liberarían el domingo no lo hicieron hasta el lunes por la mañana.
«Nos explicaron que no nos iban a hacer nada, que les hiciéramos caso en lo que nos decían y que lo único que querían era la furgoneta, que íbamos a estar unos días con ellos y que después nos dejarían ir», explicó visiblemente nerviosa la mujer al tribunal, que relató que uno de los asaltantes iba a cara descubierta.
Una vez sustraída, la caravana de la familia fue cebada con entre 500 y 1.000 kilos de explosivos y conducida a Castellón, donde fue hallada por la Policía abandonada en un paraje tras el aviso de un vecino de Cuevas de Vinromán.
La furgoneta fue explosionada de forma controlada, dejó un enorme cráter y afectó a varias masias de la zona. El atentado formaba parte de la campaña de verano de ETA en la costa levantina.