Mariano Rajoy da por vencedor al PP a siete días de las elecciones
El líder popular asegura que el PSOE ya solo aspira a «minimizar» una derrota que marcará «el principio de una nueva era» para España
VALLADOLID. Actualizado: GuardarDespertarse un domingo y ver cómo todos los periódicos de España publican encuestas que otorgan a tu formación política una holgada victoria electoral debe subir la adrenalina muchos enteros.
Tal vez por ello no debe extrañar que Mariano Rajoy prácticamente haya declarado vencedor al PP pese a que aún falta una semana para las elecciones municipales y autonómicas. El líder del PP aseguró en Valladolid que el PSOE ya solo aspira a «minimizar su derrota». Si antes de la campaña electoral se barruntaba que las claves de la victoria -en unas municipales nunca se puede hablar de vencedores ni perdedores absolutos- estarían en los ayuntamientos de Barcelona y Sevilla y en la presidencia autonómica de Castilla-La Mancha, lo cierto es que el PP también considera plausible arrebatarle al PSOE Extremadura y, en el ámbito municipal, plazas tan simbólicas como la de San Sebastián, aunque sea dándole la alcaldía al PNV.
Rajoy ofreció un discurso ante más de 2.500 correligionarios en el que limitó sus referencias económicas a explotar la «munición» que le entregó el propio José Luis Rodríguez Zapatero al llamar «bellaco» a todo aquel que dijese que había hecho recortes sociales. «¡Yo soy un bellaco!» es el latiguillo más repetido en los últimos actos políticos del PP. Tiene tanto éxito que ha orillado, incluso, al lema de campaña de los populares, 'Centrados en tí'.
Rajoy se mostró convencido de que España afronta «el fin de ciclo» del PSOE y, a la vez, el «principio de una nueva era» para el país. Y quiere que este impulso comience el 22 de mayo con el apoyo del mayor número de españoles, para lo que ofrece «abrir las puertas del PP» a todo el mundo, frente a un PSOE al que cada vez ve «más encerrado en sus filas».
Rajoy censuró una vez más a la formación que preside Zapatero por intentar conducir la campaña electoral por los derroteros del «insulto, la división y el golpe bajo». El máximo dirigente popular ya advirtió de que «no caería en esa trampa» y reiteró a los suyos que no respondan al PSOE. «Nosotros estaremos en la mirada larga», apostilló. Insistió en que el PSOE fracasa estrepitosamente cuando intenta recuperar el «miedo a la derecha». A su juicio, lo único que importa a los españoles hoy en día es recuperar poder adquisitivo y que se cree empleo.
Prohibir el insulto
Lamentó que el Gobierno socialista continúa debatiendo «qué recortes» hay que hacer cuando lo que, a su juicio, debería ocupar el tiempo de nuestros gobernantes es qué hay que hacer para «crecer económicamente y crear empleo». Rajoy propuso, más desde la ironía que desde el convencimiento de que sea posible, que se prohíba por ley «insultar» en las campañas electorales. «Claro que algunos no podrían hacer campaña, pero la gente se puede reciclar y a lo mejor eso les viene bien», remachó.
En el acto de Valladolid también intervinieron Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, y Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid. Rajoy reiteró su apoyo a De la Riva, un político muy cuestionado tras hacer un comentario peyorativo y con cariz sexual sobre los «morritos» de la ministra Leire Pajín. Contó con el respaldo de la dirección nacional pero se disculpó posteriormente.
Ayer volvió a demostrar que su verbo sigue siendo agresivo. Comentó que hace unos días estuvo en la Feria de Valladolid el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba. «No llenó, por supuesto, y se marchó corriendo, no sé si se fue a cazar faisanes o a pedir perdón a Marta Domínguez».