Gallardón, flanqueado por Felipe González y su pareja, María del Mar García Vaquero, y José María Aznar. Abajo, el saludo entre González y Aznar. :: J. C. HIDALGO / EFE
acto oficial

González y Aznar aparcan unas horas sus diferencias

Alberto Ruiz-Gallardón reúne en un acto institucional a los dos expresidentes para entregarles las medallas de oro de Madrid

Madrid Actualizado: Guardar
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Felipe González y José María Aznar aparcaron ayer sus diferencias políticas y personales durante unas horas para participar en un acto institucional, ajeno a cualquier tinte partidista, que destacó los valores de la Transición y reivindicó el progreso logrado por todos los gobiernos democráticos españoles. El muñidor de la tregua en el momento más álgido de la campaña electoral fue Alberto Ruiz-Gallardón, que, con motivo de la festividad de San Isidro, reunió a ambos en el Palacio de Cibeles para entregarles la medalla de oro de Madrid, concedida por su corporación a todos los expresidentes vivos de la democracia, en agradecimiento a sus servicios a España.

González y Aznar, ante la expectación de cámaras y fotógrafos, se dieron la mano y conversaron por unos momentos antes de sentarse uno junto al otro, pero separados por el anfitrión, en la primera fila de butacas, frente al escenario. La «ausencia más presente», como la definió el propio González en su discurso, fue la del expresidente Adolfo Suárez, recluido en su casa desde hace años por la enfermedad de alzheimer, y a quien el alcalde hará entrega de la medalla en los próximos días durante una visita privada a su domicilio. Tanto Ruiz-Gallardón como los dos homenajeados recordaron también al expresidente Leopoldo Calvo-Sotelo, fallecido en 2008, una de las últimas veces que González y Aznar se sentaron juntos, con motivo del funeral de Estado celebrado en la madrileña catedral de La Almudena.

Los dos expresidentes, que retomarán los actos de campaña hoy mismo, se olvidaron durante unas horas de los duros ataques al adversario que caracterizan sus intervenciones y realizaron discursos protocolarios, en los que ensalzaron las virtudes de la democracia, reivindicaron la política y el trabajo de los partidos y recordaron la importante contribución a la transición realizada por Suárez, a quien González destacó junto al rey como «el gran protagonista». «En todas partes el modelo de transición a la democracia español ha sido admirado y respetado», afirmó González. Por su parte, Aznar expresó su deseo de que los españoles reafirmen y conserven la plena posesión de los valores democráticos y reclamó no ceder al «desaliento» y mantener la verdad como fundamento de la libertad y sus límites. «No se trata de admirar la democracia, sino de ejercerla», continuó.

El acto institucional, al que los protagonistas acudieron acompañados de sus esposas, María García Vaquero y Ana Botella, reunió en un recinto presidido por tres grandes fotos en blanco y negro de González, de Suárez y de Aznar a políticos y representantes del deporte y de la cultura, pero tuvo notables ausencias entre las autoridades locales y nacionales al coincidir con el principal fin de semana de campaña, plagado de mítines.