FMI alerta del riesgo de «una generación perdida» en España
El organismo internacional llama la atención sobre la elevada tasa de paro entre los menores de 25 años, que llega al 40%
MADRID. Actualizado: GuardarLos jóvenes españoles que acceden en estos últimos años al mercado laboral corren el riesgo de convertirse en una «generación perdida», alerta el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras evocar que la tasa de paro de este colectivo supera con creces el 40%. Casi uno de cada dos menores de 25 años no encuentra trabajo.
La denuncia de este «riesgo extremo» se incluye en el informe de perspectivas económicas para Europa que acaba de publicar la institución internacional. El trabajo no modifica las proyecciones de crecimiento ya apuntadas para España y la zona euro: 0,8% de aumento del PIB frente al 1,6% del conjunto de los socios de la moneda única este año, y un acercamiento en 2012, cuando las tasas de incremento serán del 1,6% y el 1,8%, respectivamente.
Los expertos del FMI reiteran que España avanza por el buen camino y las reformas emprendidas le permiten ganar distancias con respecto a los países europeos en dificultades.
Pero a la hora de clasificar a los estados, no tienen reparos en juntar a España con Grecia, Irlanda o Portugal, en función de los desequilibrios que aún persisten y, sobre todo, del débil crecimiento y de la penalización que por la financiación al sector público, y también al privado, están cobrando los mercados. De nada sirven las diferencias en los niveles de deuda con respecto al PIB ni la consolidación fiscal que ya muestra los primeros resultados o el muy inferior riesgo de impago. El informe elogia de España que, como Francia, ha abordado los problemas que causará a medio y largo plazo el envejecimiento de la población, y ha emprendido una reforma del sistema de pensiones. También celebra el arranque de otros cambios que habrán de permitir un crecimiento sostenible no basado en la construcción y el sector inmobiliario, y la existencia de una banca «bastante sólida».
Pero interpreta que las reformas laborales se han quedado cortas y se revelan incapaces de resolver situaciones como la explosión del desempleo que ha sucedido a la burbuja del ladrillo. Jóvenes que abandonaron su formación por un empleo bien remunerado están ahora en paro y sin conocimientos.