A recuperar la frescura en Wembley
La plantilla celebra la Liga con euforia pero con austeridad, porque Guardiola ya piensa en cómo devolver la chispa al equipo El Barcelona apuesta por la contención para no dar la sensación de que está todo hecho
BARCELONA. Actualizado: Guardar«No quiero ser aguafiestas, pero tampoco podemos gastar toda la energía en la celebración de la Liga porque nos queda un título muy importante por disputar». La frase de David Villa en pleno festejo resume el sentimiento de la plantilla del FC Barcelona. Y eso que es el primer campeonato de la regularidad en el palmarés del delantero asturiano, uno de los más felices tras el encuentro ante el Levante del miércoles. Pero la de Wembley también es la primera final de la Liga de Campeones del 'Guaje' y, tras el sufrimiento en semifinales en la doble guerra ante el Real Madrid, todos quieren cuidarse lo más posible para intentar conquistarla.
El club también es consciente de que no conviene transmitir la sensación de que ya está todo hecho y, aconsejado por el siempre prudente Pep Guardiola, ha preparado una fiesta de celebración por el título de Liga más austera de lo que suele ser normal. Tras la improvisada juerga del miércoles por la noche y la cena de todo el grupo que tuvo lugar en un restaurante de Barcelona, hoy habrá un recorrido muy breve a las 19.30 horas en autobús descubierto, de apenas una hora y media, con salida y llegada al Camp Nou, donde habrá un fin de fiesta a partir de las 21.00 horas con música, fuegos artificiales y parlamentos de los jugadores ante su afición.
Y no es por falta de ganas, porque en las declaraciones de algunos jugadores minutos después de conquistar la Liga se destilaba la necesidad de pasar factura a los que han liderado campañas difamatorias sin precedentes en la historia de la competición, desde insinuaciones de dopaje a quejas arbitrales pasando por un supuesto trato de favor federativo en el horario de los partidos o incluso de una benevolencia por parte de los rivales. «Hemos tenido que tragar muchas cosas», recordó el brasileño Dani Alves, mordiéndose la lengua antes de cantar y bailar, como pidió Guardiola a sus jugadores que hicieran. Y se liberaron de todo lo que llevaban dentro.
Los aficionados no fueron políticamente tan correctos y cantaron el «¿Por qué, por qué, por qué?», con tono pegadizo en referencia a la famosa rueda de prensa del instigador de la mayor parte de las difamaciones: José Mourinho.
Vuelta al trabajo
Pero a partir del lunes, finalizados los festejos, el encuentro ante el Deportivo y la resaca, comenzará la preparación de la final europea. Con dos semanas por delante hasta la gran cita del sábado 28 de mayo, el Barça intentará recuperar la chispa perdida por algunos de sus jugadores en el tramo final de la temporada. No solo es el caso de Villa, quizás el más notable por su divorcio con el gol, algo inusual en su trayectoria. Tampoco Xavi, Iniesta e incluso Messi se encuentran al estratosférico nivel de hace unos meses.
Por supuesto, también hay tiempo suficiente para la recuperación total de dos jugadores que apuntan a titulares antes el Manchester United como Puyol y Abidal, además de otros que arrastraban molestias como Bojan y Pedro. Quizás también lleguen a tiempo los lesionados Gabi Milito y Adriano, aunque serían suplentes.
El propio Guardiola reconoció tras el partido ante el Levante los problemas físicos y de cansancio: «En el último cuarto de temporada hemos perdido frescura y brillantez que se ha traducido en un frenazo en la producción de goles, pero sí hemos sabido ser muy competitivos hasta el final». El entrenador de Santpedor lo justificó: «Ha sido debido al enorme desgaste de un equipo que viene con una tralla enorme en las dos últimas temporadas, con un Mundial de por medio para muchos jugadores. Lo normal era caer un poco y relajarse, pero no lo han hecho. Son unos jugadores extraordinarios, con una fortaleza impresionante».