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Blanco dice que ante la crisis lo «justo» es votar al PSOE
Los socialistas se atrincheran en el noroeste en su afán por retener sus plazas fuertes
LANGREO. Actualizado: GuardarResistir y resistir. El Partido Socialista se juega mucho en toda España el próximo 22 de mayo, pero ha decidido dar una batalla especial en el noroeste peninsular. Los principales dirigentes nacionales -el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el vicesecretario general del partido, José Blanco- han pasado ya tres días en la cordillera cantábrica y aún piensan volver. Están en juego las siete principales ciudades gallegas, en menor medida la entrada en el Ejecutivo cántabro y, sobre todo, el Gobierno asturiano.
En esta última región fue donde José Blanco dio ayer el do de pecho con un discurso incendiario. El número dos de los socialistas, que participó en un mitin en Langreo, en plena cuenca minera, echó mano, enérgico, de los argumentos más básicos de la lucha de clases para intentar de llegar a un público, de todos modos predispuesto y deseoso de ver y escuchar al 'Pepiño' más combativo.
«Comprendo que haya mucha gente enfadada por la injusticia de la crisis, pero lo justo -llegó a decir- es votar a quienes hacen más por la justicia social, por el bienestar y la igualdad de oportunidades». «Lo justo es que el voto de castigo sea para el Partido Popular», insistió.
Fuera, a las puertas del Pabellón Parque Nuevo de Felguera, la realidad del paro hacía acto de presencia. Un grupo de trabajadores de la empresa Allas Aluminium se manifestaban por su futuro laboral.
Pero en el interior del local, cerca de mil personas se entregaban con entusiasmo al enardecido Blanco. «Ellos son los que comparten mesa y mantel con quienes provocaron la crisis, con los de la codicia, con los de la especulación», bramó.
Cada vez más alto
Los socialistas saben que su principal problema es reconquistar el corazón de todos aquellos que vieron con asombro cómo un gobierno socialista decidió subir el IVA, cómo decidió congelar las pensiones, recortar el salario a los funcionarios, endurecer las condiciones para la jubilación, retirar el cheque-bebé o eliminar la retroactividad de las ayudas a la dependencia.
Por eso, ahora empuñan con fuerza de nuevo el banderín de la izquierda y elevan la voz en cada mitin para convencer a los suyos de que, pese a todo, se ha preservado el Estado de bienestar y que, si gana el Partido Popular, lo echará abajo. El vicesecretario general del PSOE gritó tanto o más que Rodríguez Zapatero el día anterior para transmitir esa idea de que si ellos pierden llegará «la derecha de la derecha».
En Asturias, la llamada es aún más intensa. Los socialistas ven claras posibilidades de que la formación de Francisco Álvarez-Cascos y el Partido Popular sumen escaños suficientes como para formar un gobierno de coalición que los desbanque del poder.
«Aquí, hay doble ración de derecha extrema -alegó José Blanco-; el PP se preocupa de Cascos y Cascos se preocupa de Rajoy. Y yo os digo: los únicos que nos ocupamos de los socialistas somos los asturianos».
Este jueves seguirá la ruta por el Norte. Alfredo Pérez Rubalcaba en principio tiene previsto ir a Orense, aunque puede haber cambios porque también quiere estar en Lorca, visitando a los damnificados del terremoto. El martes de la próxima semana se desplazará a Vigo y el jueves Zapatero celebrará un acto en La Coruña. Confiesan en el PSOE que si en Castilla La-Mancha y Cataluña no hubieran estado tan reticentes a la hora de compartir escenario con dirigentes nacionales, el plan de campaña habría sido distinto.