PARADOJAS
Actualizado: GuardarLa perplejidad es el estado emocional permanente de los observadores políticos, un grupo humano en trance de extinción ante las contradicciones constantes que cada día se produce en la vida política. Todo proviene de un "status" cainita existente en el espacio público desde antes de la formación de las centurias romanas y la fundación de Roma como ciudad-estado. Casi una cuestión hormonal del ser humano.
Se podría añadir, consecuentemente, que la política como lo hormonal se encuentra en el ADN humano. Lo comprobamos en el aperreo diario entre populares y socialistas con respecto al invento catódico entre ambos grupos políticos. Es lo que más desean los burócratas públicos: manejar una de televisión para sus prédicas e intereses a la vez que instigar permanentemente a sus adversarios. Cuanta puerilidad. Cansados los socialistas de la matraca diaria de los populares contra las "tele" que administran, y basándose, en el caso, andaluz, de que tenían mayoría absoluta en el Parlamento regional y, por añadidura, en el consejero de administración del desdichado Ente autonómico le ofrecieron al terco enemigo consensuar la equívoca figura del director general.
Los populares picaron como pardillos. Acordaron como director general a un señor de amplios y formales documentos de cursos y saberes prosaicos para dirigir el juguete mediático. Llegaron los nuevos amanuenses a la RTVA y se dijeron para ellos: los socialistas ya están listos de papeles y los próximos administradores serán los conservadores. Se dijeron: desgubernalizamos la RTVA y estaremos un tiempo sin final cercano administrando el Ente. Lo primero que hicieron los nuevos notables fue despedir a determinados analistas políticos, aunque no tocaron a varios de los intocables. Un pegote.
Pero se encrespó la lucha política por el escándalo levantino de la trama "gürtel", y la gerontocracia pepera de forma clamorosa salió a la escena pública clamando, para nivelar el tiroteo, contra la dirección pactada con los socialistas anunciando que la nueva pareja de rectores, el director general, en concreto, un señor con varios certificados de pegote de cursos realizados, "era un comisario político" al servicio del PSOE que había prohibido tajantemente comentar en absoluto nadar relacionado con los ERE irregulares de la Junta.