OTRO PALO
Actualizado: GuardarNos lo temíamos. Cuando, por desavenencias internas, tan frecuentes últimamente entre las distintas facciones del partido socialista, Luis Pizarro dimitió de su responsabilidad en el Gobierno andaluz, vino como consecuencia su salida del Consorcio del Bicentenario. Primero, con Gaspar Zarrías, se enconaron muchos de los proyectos que estaban en marcha aunque, la gestión de María Teresa Fernández de la Vega, que tan buena disposición demostró, pareció que podía desatascar algunos. La llegada de Pizarro abrió las expectativas y, después del susto de lo del puente, parecía que las cosas iban marchando más o menos bien. Ya se habían abandonado proyectos como: la llegada del tren de alta velocidad o de velocidad alta, qué más da, también el hotel de Valcárcel, la ciudad de la justicia, la gran plaza del mar y tantos y tantos que podían haber sido y que al final se perdieron. Pero, lo que ninguno esperábamos, por lo expresado a lo largo de estos años, era que el que quería ser el emblema, la remodelación y rehabilitación del castillo de San Sebastián, iba a quedar también en agua de borrajas. O nos habían engañado a todos o estaban esperando a que pasaran las municipales para cargárselo. Visto lo visto y ante las declaraciones de la nueva gestora encabezada por Francisco Menacho, algo habría, pues solo ha sido sentarse en su nuevo cargo y en sus primeras declaraciones nos ha desengañado a todos. Si no está el Castillo y todo se va a reducir a una regata, más o menos como la del 92, y a una feria del mar (qué casualidad, en terrenos portuarios), apaga y vámonos. Perdonen pero, como siempre, han estado de nuevo tomándonos el pelo pero hasta las raíces. Esgrimir que la crisis es la que se lo ha cargado es una falacia. Total, otro palo, pero al cuello.