El enemigo europeo
El alemán se disputa con el español y Tony Parker el mérito de ser el mejor jugador del Viejo Continente Nowitzki es la fuerza de Dallas en la eliminatoria ante los Lakers de Gasol
MADRID. ' Actualizado: GuardarMVP' en 2007; diez veces 'All Star'; integrante del mejor cinco de la liga en cuatro ocasiones; una media de 23 puntos y 7,4 rebotes en trece años de carrera. Objetivamente, son cifras de un futuro integrante del Salón de la Fama de la NBA. Son los números de Dirk Nowitzki, los logros de un tipo ejemplar que, para muchos, empequeñecen los éxitos de la estrella patria, de Pau Gasol. En España, ha habido ocasiones en que los aficionados y los medios no le han dado la importancia que se merecía el rubio alero, quizás arrastrados por el cada vez más desdeñado pero en ocasiones rebrotado complejo nacional. Pero el triunfo del teutón no minimiza las metas alcanzadas por el pívot de los Lakers, más aún, ayuda a revalorizarlas. Su gloria compartida incrementa el orgullo del Viejo Continente.
Sin embargo, en esta ocasión, la victoria de uno sí que supondrá la derrota del otro. Dos de los tres estiletes europeos en la liga -el otro es el francés Tony Parker- van a ser decisivos para que sus equipos alcancen la final de la Conferencia Oeste en su enfrentamiento directo. El español no llega en su mejor momento y los campeones han mostrado una alarmante falta de contundencia ante los Hornets en su primer paso hacia el título. 'Robin Hood', por su parte, ha sacado su mejor versión en un equipo que, en principio, no contaba como favorito. Pese a las dudas, que los angelinos caigan ante los texanos sería sorprendente.
Esa es una de las grandes diferencias entre uno y otro. Pese a no alcanzar los hitos personales de Dirk, Pau se ha hecho grande en un deporte que, conviene no olvidarlo, se basa en los méritos colectivos. El catalán tiene los anillos y los títulos que siempre ha soñado el de Wurzburgo .
El alemán es, sin discusión, uno de los mejores jugadores mundiales del siglo XXI y, siguiendo el gusto de la competición estadounidense por buscar referencias anteriores, es lo más parecido a Larry Bird que se ha visto en la NBA en las últimas dos décadas. Nowitzki es más versátil que la leyenda verde. El de los Celtics podía actuar como alero o en posiciones interiores en función del defensor que se le asignase, pero el teutón ha demostrado que no le resulta extraña ninguna ocupación dentro de la pista. Desde sus 2,13 metros, es capaz de recorrer la cancha dominando el balón, finalizar el contraataque a la velocidad de un ágil escolta, de masacrar el aro rival desde la larga distancia con su prodigioso tiro de tres y de aprovechar su físico para anotar desde posiciones interiores.
Triunfos y méritos
Una forma de jugar que definía perfectamente al joven Gasol, el que deslumbró en el Barcelona y amargó la vida a Alberto Herreros, entonces el alero de referencia en el Real Madrid y en la selección. Sin embargo, el espigado blaugrana que llegó a los Grizzlies ha agrandado sus espaldas, marcando sus músculos y ganado kilos a base de pesas, trabajo específico y una alimentación programada, pero ha limitado sus posibilidades a un trabajo menos abierto y se convertido en uno de los grandes cuatros de la NBA. En su favor está que es el único escudero de un jugador franquicia que también es considerada una de las grandes estrellas de la liga.
Nowitzki es el jugador sobre el que gira Dallas, un equipo que ha apuntado alto bajo el mando de su excéntrico dueño, Mark Cuban, pero que siempre ha fallado el tiro. Ese es su pero.
A 'Robin Hood' le falta un triunfo con sus Mavericks que ponga colofón a una carrera en la NBA que ya empieza a decaer y que le haría entrar en la historia de los tejanos como el líder de esa plantilla legendaria. El reconocimiento ya lo ha conseguido encabezando a su selección, carente absolutamente de la calidad necesaria para ser una referencia, pero a la que llevó a una inimaginable medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Baloncesto de 2002 y a otra no menos sorprendente plata en el Eurobasket de 2005.