El atractivo del golf en Costa Ballena ha sido una de las claves para desestacionalizar el turismo y mantener un buen nivel de ingresos. :: J. R.
Jerez

La joya turística que se siente aislada

El inquebrantable pacto entre Roteños Unidos y el PP podría concluir y dar paso a otro ciclo por las fisuras provocadas por Lorenzo Sánchez Los roteños vinculan su avance económico al desdoble de sus carreteras y al nuevo polígono

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Rota tiene lustre. La entrada al municipio de la urta, de la calabaza de mayeto, de los patios laberínticos, y de la presencia, cada vez menor, del acento yanki, causa una buena impresión al visitante. De pueblo modesto, pero próspero. Limpio por fuera, aunque por dentro lave sus trapos sucios, como en cualquier casa de vecino. Rota ha sabido aprovechar sus oportunidades, en forma de magníficas playas, y ,las ha rentabilizado al máximo logrando un turismo de más nivel adquisitivo que el de la vecina Chipiona.

La cara y la cruz de ambos municipios tiene su más fiel reflejo en Costa Ballena, que fue desarrollada hace varios años en la parte correspondiente a Rota -con varios hoteles, campos de golf, pisos, chalés-, y que sigue condenada al ostracismo en la parte de Chipiona. El patio político de los últimos ocho años ha estado marcado por la estabilidad de un pacto de gobierno: el de Roteños Unidos con el Partido Popular, que se ha afianzado más si cabe en el último año, con la insólita cesión de la alcaldía a la popular Eva Corrales, tras la dimisión de Lorenzo Sánchez. Una acción que sin embargo, ha provocado una fuerte fisura dentro del partido independiente.

Tanto es así, que el que fuera primer teniente de alcalde, Jesús Corrales, se ha pasado a las filas del Partido Andalucista para encabezar su candidatura. Antonio Alcedo, otro peso pesado de RR UU ha decidido no formar parte de la lista independiente que liderará, por tercera vez, Lorenzo Sánchez. El exalcalde, que cuenta con un fuerte apoyo popular, se recuperó de los problemas de salud que lo apartaron de la política y ganó las primarias de Roteños Unidos. La candidata socialista, Encarnación Niño Rico, y su homólogo en Izquierda Unida, Manuel Hélices, no cuentan con demasiadas posibilidades de ganar terreno.

El desarrollo urbanístico de La Laguna del Moral, el paseo de Punta Candor y el nuevo polígono comercial Villa de Rota, además de la considerable mejora en la maquinaria, equipamiento y recursos humanos de las playas, han sido los grandes proyectos que se han ejecutado, o iniciado, durante la legislatura que finaliza. Pero el futuro desarrollo económico del municipio depende en buena medida de sus cuentas pendientes. Acciones, que no dependen exclusivamente del gobierno local, sino de las administraciones supramunicipales. Así, la mejora de las comunicaciones, como el desdoble de la A-491, que vertebra la conexión con Jerez, Chipiona, El Puerto y por ende, la Bahía, es una acción vital para que Rota supere la incomunicación que denuncian sus gobernantes. De la mejora de esta carretera también depende en buena medida que el futuro desarrollo del polígono industrial Las Marismas tenga visos de prosperidad. Sobre este suelo penden las competencias del Ministerio de Defensa, que ha de dictaminar que su construcción no pondrá en riesgo la seguridad aérea.

Una Base en un pueblo

La ejecución del plan parcial de Aguadulce, que sería una segunda Costa Ballena, se perfila como otra de las bazas que el próximo gobierno tendrá que manejar para dinamizar la economía turística de un municipio que basa fundamentalmente sus ingresos en este sector. La dotación de un servicio de transporte público con la Bahía y la Costa Noroeste más eficaz que el catamarán es otra de las aspiraciones de este pueblo, muchos de sus habitantes puntúan alto la calidad de vida que proporcionan sus servicios. «Quizá haya un empate en el número de concejales entre el PP y Roteños Unidos... aunque creo que Eva Corrales seguirá como alcaldesa». Juan Martín Arroyo, jubilado, traslada la opinión de buena parte de los ciudadanos. «El cambio es necesario. Hay muchas barriadas que no están lo suficientemente bien dotadas. Y no se les hace caso». Marisa Vilches, dependienta, hace lo propio con otra parte de la sociedad roteña.