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Jerez, a la cabeza en agresiones

La ciudad es junto a San Fernando donde más episodios de violencia en el fútbol base se viven de toda la provincia de Cádiz

JEREZ. Actualizado: Guardar
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'El Arcos B-La Salle Puerto Real acaba con una batalla campal', 'Agredidos en Punta 13 jugadores del Bonares', 'Los árbitros de fútbol base se plantan y no dirigirán partidos'... Y así podríamos escribir páginas y páginas. La violencia en el fútbol está escribiendo un peligroso capítulo en el apartado del deporte base. Según un informe publicado por la página web www.deportecadiz.com, en lo que llevamos de temporada se han registrado ya más de 140 agresiones entre jugadores en lo que respecta a las diferentes categorías del fútbol base gaditano. Si miramos el informe según las categorías, se comprueba que es la división juvenil la que protagoniza más agresiones, con un total de 83 (15 en Preferente, 39 en Primera Provincial y 29 en Segunda) lo que supone un 58% del total. Sin embargo, llama desgraciadamente la atención que, según el Comité de Competición, existen dos agresiones entre futbolistas en fútbol siete, más en concreto en alevín y en la Tercera Provincial, donde militan futbolistas de primer año. Es decir, niños que por alguna u otra razón agreden a un rival. Niños de apenas nueve años jugando a ser mayores.

En cuanto a las agresiones por localidades, San Fernando es el que registra más con 18, seguido de Jerez con 17 y Cádiz con nueve. Malas noticias para el fútbol base jerezano, ya que colidera esta lamentable clasificación.

«Los clubes tienen que mirar muy bien a quién ponen en el banquillo a la hora de entrenar». Juan Antonio Álvarez es el delegado en Cádiz del Comité de Árbitros, posiblemente el colectivo que peor parado sale siempre a la hora de hablar de violencia en el fútbol humilde. La temporada pasada se registraron en Cádiz un total de 24 agresiones a trencillas, y en la actual, a pesar de que quedan dos meses para que acabe el campeonato, ya estamos en 17. «Los padres tienen mucho que ver», destaca Álvarez, quien también es padre de niños que juegan al fútbol: «Hay que ser tajante con esos padres que motivan al máximo a sus hijos o con el entrenador que le dice a un niño que le entre fuerte a un rival, que no es más que otro niño. El padre tiene que ir al fútbol a animar, a sentarse y disfrutar de sus hijos, solo eso». La alta competencia que algunos técnicos de cantera infunden a sus jugadores está motivando que lleguemos a estas cifras de agresiones, pero también que la cifra de árbitros agredidos hasta crecido. Hay un mapa de 'campos calientes' en conocimiento de Subdelegación del Gobierno, «pero es muy complicado evitarlo». Por ello, el colectivo arbitral ha presentado una modificación del reglamento «para que un colegiado pueda parar un partido y echar a alguien del campo o la grada en caso de que esté insultando». Mano dura, por lo tanto, para evitar que el fútbol base siga siendo un juego de niños, y no de malos imitadores de adultos.