Sociedad

Gin con pastas y solecito

Soledad Puértolas, Ana María Moix y Juana Salabert arropan a Matute en ausencia de otros 'cervantes'

ALCALÁ DE HENARES. Actualizado: Guardar
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El sol primaveral fue otro regalo para Ana María en «el día más importante de mi vida». Con 85 años volvía a ser la niña maravillada por la magia del bosque de fantasías que alumbra toda su obra. Acertó a explicar su «vida de papel» en un discurso a corazón abierto que emocionó a muchos de los 300 invitados presentes ayer en Alcalá y que hizo derramar alguna lágrima a la propia escritora. Era un día para la historia que Matute comenzó batallando contra los nervios y madrugando. «He venido muy pronto, no sea que se lo den a otro», bromeaba apurando un gin-tonic con pastas en la cafetería de la universidad minutos antes de la solemne ceremonia. Con una maliciosa sonrisa y entre sorbitos furtivos, explicaba la pizpireta Ana María en su silla de ruedas que «el motor sin gasolina no funciona». Que vence los peores momentos «pasando por mi cabeza la película con las mejores cosas que me han ocurrido en al vida, a la que he añadido este premio».

Eligió para un día tan especial un traje de chaqueta de raso en tono marfil que adornó con un rosetón de brillantes. Contra su costumbre, había madrugado, y mucho, según explico su único hijo, Juan Pablo, su sombra y su auxilio en la solemne ceremonia en la que se echó en falta a otros 'cervantes'. No estuvieron Juan Marsé ni Vargas Llosa. Tampoco el antecesor de Matute, el mexicano José Emilio Pacheco, ni ganadores recientes como Rafael Sánchez Ferlosio o Antonio Gamoneda.

Pasado con sobresaliente el tráfago ceremonial explicó Matute que tenía mucho miedo. «Es como cuando saltas en paracaídas, tienes más pavor antes que cuando saltas», apuntó bajo el benigno sol primaveral, tras la foto de familia con los monarcas y Zapatero. Disfrutó del afecto de los reyes y de las colegas que sí quisieron estar a su lado en un día tan señalado. 'Cómplices' como Soledad Puértolas, Ana María Moix, Carme Riera, Juana Salabert, Ángeles Caso, Lourdes Ortiz o Fanny Rubio. Entre los escritores y académicos presentes, el director de la RAE, José Manuel Blecua, Gregorio Salvador, Carlos Bousoño, Ignacio Bosque, Darío Villanueva o Marcos Ana.

Entre los políticos Joaquín Leguina, Marcelino Oreja o un Tomás Gómez mucho más preocupado por departir con Zapatero que con la escritora. También Esperanza Aguirre, que intercambió saludos con Zapatero y unas pocas palabras en un cóctel sin esos 'corrillos' con el presidente o el rey que se han formado otros años. Don Juan Carlos y doña Sofía se mostraron especialmente cariñosos con Matute. Departieron con ella y compartieron aperitivo, vino tinto el rey y zumos la reina. «Son muy amables y muy simpáticos. El rey es un hombre maravilloso y la reina me ha pedido una copia firmada del discurso», explico la galardonada.