Editorial

Matanza en Siria

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Lo que sucede en Siria confirma las dos previsiones avanzadas por los especialistas: que el régimen se defendería con todos los medios y sin vacilación y que el país no es intercambiable casi en nada con los hermosos precedentes tunecino o egipcio. Van ya unos 350 muertos y la entrada en escena de tanques ayer en Deraa sin provocación previa indica un tono de ofensiva en toda regla. Es la antítesis de Libia, donde población civil y pequeños remanentes militares se hacen fuertes en el este del país, disponen de gran apoyo político y diplomático y del apoyo aéreo de una coalición internacional, suficiente para mantener la situación mientras la insurrección se afianza y Gadafi ve escasear sus reservas y se sabe en precario a medio plazo. Nada de eso sucede en Siria, donde el Ejército y la Policía son el régimen en su dimensión confesional y social y disponen de equipo y tiempo sin tasa. No habrá bombardeos occidentales en Siria y se asume que solo habrá condenas morales, y descalificaciones políticas. Envuelta en 'realpolitik', la célebre 'especificidad siria' está derrotando el levantamiento de la mayoría de su población.