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«Me mordió en el brazo porque me defendí, pero iba al cuello»
Álvaro Martínez sufre diversas heridas por el ataque de un perro lobo que estaba suelto y sin bozal en el parque de Los Toruños
JEREZ. Actualizado: GuardarLo que iba a ser un sencillo y agradable paseo de un grupo de amigos por el parque metropolitano de Los Toruños, en El Puerto de Santa María, acabó el pasado miércoles con Álvaro Martínez en una ambulancia camino del hospital debido al ataque de un perro lobo. Según recordó el jerezano, nada en la actitud del animal hacía presagiar ese comportamiento que incluso podía haber causado heridas mucho más graves.
En el transcurso del paseo, Álvaro y sus acompañantes decidieron ir al recinto acotado dentro del parque para que los animales hagan sus necesidades ya que ellos también llevaban una perra pequeña. Fue allí donde se encontraron con un can, según la descripción de la víctima, «de unos 40 kilos de peso, suelto y sin bozal». El joven que luego resultó herido incluso estuvo hablando con el dueño del animal ya que él también posee un perro de gran tamaño y de los catalogados como peligrosos, concretamente, un pitbull.
«Estoy acostumbrado a tratar con perros desde niño y cuando saco al mío a correr por el campo-porque tienen que desfogarse- lo suelto con bozal», aseguró Martínez. El animal que lo atacó la semana pasada no mostró en ningún momento una actitud agresiva y nadie advirtió que podía volverse violento en cuestión de segundos. Según la víctima, el perro «pasó de la tranquilidad absoluta al ataque» sin que les diera tiempo a ponerse a resguardo. De hecho, Martínez y sus acompañantes no se dieron cuenta hasta que ya no pudieron hacer nada. «Estaba de espaldas cuando se abalanzó sobre mí. Me rompió la camiseta y me dejó la zarpa marcada. Me zafé de él pero siguió persiguiéndome», contó el joven, que tiene cinco arañazos profundos en la espalda y los colmillos clavados en un brazo, además de un susto considerable. Lo peor estaba por llegar porque el perro siguió en sus trece: «Me mordió en el brazo porque lo puse delante para defenderme. Iba para el cuello», siguió Álvaro.
Según el herido, «el dueño tardó un poco en reaccionar porque creo que no vio el primer salto. Me puse a gritar y entonces agarró al perro para que no volviera a morderme. Así me dio tiempo a ponerme detrás de la valla del pipican». Tras dar el aviso, personal de Los Toruños, la Policía y el 061 acudieron al lugar para socorrer al joven. «Me mareé y vomité, podía haber pasado algo más grave», contó.
En el hospital le trataron las heridas y le suministraron a la víctima las vacunas oportunas en estos casos. Tras lo ocurrido, Álvaro Martínez interpuso la correspondiente denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional. «Sé que el perro está en observación en El Puerto», contó el joven. Aunque ya han pasado unos días, lo que aún se pregunta la víctima es «por qué iba sin bozal en un parque a donde van muchas familias con niños a montar en bici».