
El incansable luchador de la puerta de al lado
Luis Valle Hijo Predilecto de la Ciudad
Actualizado: GuardarEl pasado 14 de abril fue nombrado Hijo Predilecto de la Ciudad, una distinción de la que muy pocos pueden presumir. Luis Valle lleva toda la vida trabajando en favor de las asociaciones de vecinos y de muchas de las reivindicaciones que ha peleado el pueblo de Jerez en su historia reciente. Abandonó la escuela siendo un niño y después estuvo 25 años yendo al colegio todas las semanas como miembro de la Asociación de Padres y Madres y del Consejo Escolar Municipal, uno de los muchos organismos a los que pertenece o ha pertenecido. Luis Valle nació en el barrio de Santiago, en la calle Ponce, y «siendo un chavea» salió de nazareno en la hermandad del Prendimiento durante tres años.
Pero pronto se dio cuenta de que le interesaban más los asuntos terrenales y comenzó una larga trayectoria social y vecinal. Sin embargo, muchos lo conocen por un sobrenombre, 'el Mortadela', que nada tiene que ver con esto, sino con su etapa en el servicio militar. «Yo hice la mili en Camposoto y un día dio la casualidad de que mi mujer, que entonces era mi novia y que tenía una tienda, me mandó dos o tres latas de mortadela, y mi madre, también. Compré un saco de chuscos y repartí bocadillos de mortadela entre todos los de Jerez, que éramos treinta o cuarenta», recuerda.
De hecho, hace unos días «me encontré con un amigo de entonces al que no veía desde hace 20 años y me saludó diciéndome: 'qué alegría de verte, Mortadela'». Luis, que ya dejaba ver desde su juventud su espíritu solidario, había tenido, además, una infancia ciertamente complicada. Con 13 años tuvo que dejar el colegio para ponerse a trabajar con su padre en un tabanco que abría a las cinco de la mañana y que estaba situado en la esquina de las calles Lealas y San Francisco Javier. Allí sirvió cientos de vasos de vino. Más tarde, casualmente, terminó trabajando en el sector bodeguero; en Sánchez Romate al principio, y en Sandeman durante 38 años hasta su jubilación. «Entré de oficial de tercera», relata, «y me fui preparando hasta ser el capataz de la bodega, cargo en el que estuve durante veinte años». Y, mientras tanto, Luis seguía interesándose por los problemas y retos de los jerezanos. Así, fundó la Asociación de Vecinos Pedro Palma en el polígono de San Benito y la coordinadora antidroga Renacer, y desde la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad, en la que ha estado 20 años, participó activamente en la lucha por los centros de Salud de San Benito y La Serrana, y por el Campus Universitario.
Valle se especializó en el apartado de la seguridad ciudadana, un campo en el que ha hecho de todo. Cuando el problema de la droga se acentuó en San Telmo «creamos patrullas vecinales y allí no entraba nadie». Recientemente, entre sus muchos reconocimientos, ha recibido la Medalla al Mérito Policial con Distintivo Blanco, que le fue entregada en el Teatro de Las Cortes de San Fernando. Luis Valle sigue siendo un luchador, pese a que, a finales del pasado año, estuvo seis días en la Unidad de Cuidados Intensivos «al borde de la muerte» por un extraño virus. Asegura que se ha recuperado de milagro después de tener «fiebres de más de 42 grados». Presume de su amistad con el líder del sindicato CCOO, José Manuel Trillo, y con el comisario de Jerez, y dice estar muy agradecido «a todos los políticos y a mis compañeros de Solidaridad». Ahora, este Hijo Predilecto de la Ciudad también saca algo de tiempo para sus nietas de 10 y 4 años, y sigue demostrando que es un hombre incansable.