Un grupo de rebeldes vigila el puesto fronterizo capturado a las fuerzas de Gadafi en la frontera con Túnez. :: MARWAN NAAMANI / AFP
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Golpe moral a las fuerzas de Gadafi

Un centenar de soldados y oficiales del régimen libio desertan durante la caída en poder rebelde del segundo puesto fronterizo con Túnez

BRUSELAS. Actualizado: Guardar
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Los rebeldes libios recibieron ayer una inesperada inyección de moral en su esfuerzo por lograr el desmoronamiento del régimen de Muamar Gadafi. Una brigada compuesta por un centenar de soldados leales al dictador con su general al frente desertó durante los combates por el control del segundo paso fronterizo a Túnez. Los militares huyeron tras varias jornadas de enfrentamientos y propiciaron la caída del puesto en manos insurgentes. El éxito parcial alienta las esperanzas occidentales de que el Ejército abandone a su veterano líder y se acelere el fin del conflicto.

La captura del paso se produjo en una montañosa región de mayoría bereber. Los integrantes de esta etnia, que nunca han tenido buenas relaciones con Gadafi, se levantaron en armas en febrero al oeste del país. El dictador respondió con violentos ataques, pero la atención se mantuvo en el frente oriental porque parecía que el régimen tenía controlado el resto del territorio. Ayer, los rebeldes pudieron celebrar que Misrata no es su único bastión dentro del territorio leal al régimen.

Los hechos todavía tienen algunos puntos confusos, pero la agencia nacional tunecina TAP confirmó que una brigada al completo había cruzado la frontera para entregarse. Al parecer, entre los militares se encontraba un general y varios oficiales. El contingente penetró en Túnez por el mismo paso que había estado defendiendo en los últimos días de los intensos ataques rebeldes. El puesto de El Wazzen, en el que ya ondea la bandera insurgente, es el menor en importancia de los dos existentes entre ambos países. El principal se encuentra 200 kilómetros al norte en Ras Jedir.

Pese a la deserción de la brigada gadafista, los combates no se han detenido en la región. Un portavoz rebelde reconocía a la BBC que el dictador castiga con cohetes la cercana localidad de Nalut. Por este enclave discurre la carretera que llega al puesto de El Wazzen y posteriormente a la ciudad tunecina de Dehiba, donde se ha atendido a muchos heridos en los últimos días. Los insurgentes, que celebraron la captura del paso con disparos al aire, confían en que la victoria parcial les permita contar con una nueva vía de suministro.

Los médicos y el personal humanitario que trabaja en la zona temen que la conquista del paso desencadene una ola de refugiados. Bajo el control gadafista, la salida del país resulta más complicada, pero ahora podrían abrirse las puertas de par en par. En la última semana, alrededor de 13.000 libios han cruzado a Túnez por Ras Jedir. Trípoli negó ayer que el puesto de El Wazzen estuviera en manos de los sublevados, a los que volvió a tachar de aliados de Al-Qaida.

En el resto del país, la situación se mantiene estable. Gadafi no ceja en su acoso sobre Misrata, pero los rebeldes aguantan en una guerra urbana donde los francotiradores ganan cada vez más peso. La OTAN, ante la imposibilidad de intervenir en áreas pobladas para no causar víctimas civiles, centró ayer sus bombardeos en el entorno de Trípoli, donde destruyó un arsenal, dos equipos de transporte pesado y varios vehículos artillados.

Mensaje aliado

El comandante de la operación Protector Unificado, el canadiense Charles Bouchard, aseguró que las fuerzas gadafistas acusan de manera cada vez más ostensible los efectos de los ataques aliados. «Estamos viendo resultados porque la actividad se ha reducido en la zonas controladas por el régimen», subrayó antes de pedir la colaboración de la población. «Los civiles pueden ayudar a la OTAN distanciándose de las fuerzas de Gadafi y su armamento», indicó.

Los expertos militares consideran que el conflicto se encamina de forma clara hacia un equilibrio de fuerzas que será difícil de romper a corto de plazo. Especialistas consultados por Reuters sostienen que ambos bandos empiezan a concentrarse en garantizar sus suministros durante los próximos meses. Pese al embargo de armas que pesa sobre el país, ninguno de los dos contendientes parece que tiene problemas para reabastecerse por vías secretas.

Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha aprobado la utilización de aviones no tripulados en la operación militar extranjera que se desarrolla sobre Libia, según anunció el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates. «Obama ha aprobado el uso de Predator armados», explicó Gates, en referencia a un sistema de aeronaves que ya se utiliza, por ejemplo, en la frontera entre Afganistán y Pakistán. Gates sostuvo que se trata de una «modesta contribución» a los esfuerzos de la OTAN para apoyar a los rebeldes que combaten contra el Gobierno de Gadafi.