Autobuses, palcos, cortes de luz... y todo un rosario de complicaciones

«Los palcos de Semana Santa son como un cerco que no se puede atravesar, y cada vez los montan antes. Este año en febrero ya habrían estado colocados si las asociaciones de comerciantes no se hubieran quejado», dice el dueño de La Joyita, Antonio Rodríguez, que insiste en que «lo que ya nos faltaba es una barrera como ésta que ni siquiera permite a los que esté paseando cruzar de un lado a otro de la calle para entrar en una tienda».

Y es que a los propietarios de negocios del casco histórico les faltan dedos de la mano para enumerar todos los obstáculos a su actividad que surgen a cada paso y que no se resumen solo en las continuas huelgas de autobuses o el montaje de los palcos, sino que también tienen que ver con los cortes de luz por las protestas de la concesionaria del alumbrado, la falta de aparcamientos económicos en la zona, los problemas para la carga y descarga en muchos establecimientos por el acoso de las multas y hasta las peticiones y prohibiciones de las ordenanzas para poner veladores. Por poner un ejemplo, algunos dueños de bares de zonas como plaza Plateros o Tornería critican que les hayan impedido poner pizarras anunciadoras en las terrazas.

«Pagamos impuestos, cumplimos nuestra obligación, y tenemos derecho a que nos protejan», dicen.