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La tensión se desborda en Siria
El entierro de las víctimas de la represión acaba en un baño de sangre que acorrala al régimen de El-Asad
Actualizado: GuardarNi el anuncio de reformas, ni la promesa de levantar el estado de emergencia han conseguido frenar a los manifestantes en Siria, donde el círculo de protestas, violentas represiones, funerales, más protestas y más represiones parece no tener fin. Al menos 20 personas murieron durante la noche del domingo en diferentes puntos del país a manos de las fuerzas de seguridad. Sus exequias convocaron ayer a más de 10.000 personas, en unos funerales tensos que se tornaron en manifestaciones contra el régimen de Bashar el-Asad.
Los últimos disturbios se han producido en la ciudad de Homs, al norte de Damasco, y en sus alrededores. Al parecer, según relató un testigo a la cadena de televisión Al-Yasira, las primeras muertes se produjeron después de la oración del domingo, cuando unos 40 manifestante se reunieron en la mezquita de Bab al-Sibaa al grito de «libertad». La fuente, identificada como Abu Haider, relató que unos siete vehículos rodearon a los opositores y varios hombres vestidos de civil dispararon contra la multitud.
La protesta se habría desatado después de que las autoridades devolvieran a la familia el cuerpo del jeque Bader Abu Musa, un líder tribal que habría muerto mientras se encontraba bajo custodia policial. «Tenía la barba quemada y murió a causa de la tortura en una de las comisarías de Homs, seguramente en una dependencia de seguridad militar», aseguró a la BBC Walid Saffur, presidente del Comité Sirio de Derechos Humanos.
La ciudad de Homs «está que arde», aseguró a Reuters un activista. «Las fuerzas de seguridad y los matones del régimen han estado provocando en el último mes a las tribus, que están armadas», señaló el testigo, que no descartó que algunos manifestantes dispararan a la Policía. Tanto el número de manifestantes fallecidos como las circunstancias en las que se produjeron las muertes son confusas. En Siria no existe prensa independiente y el régimen de El-Asad apenas permite la entrada de corresponsales extranjeros, lo que dificulta enormemente la verificación de los datos. Otro activista de derechos humanos, Ammar Qurabi, contó a AP que al menos ocho personas habrían muerto en Homs y en el cercano pueblo de Talbisa y otras cuatro en las ciudades de Idlib y Latakia.
Nuevas muertes
Al-Yasira elevó el número de muertos ayer a 20, aunque no dio detalles sobre la identidad de las víctimas, y también aseguró que se habrían producido un centenar de heridos, muchos de los cuales no habían acudido a los hospitales por miedo a ser detenidos. La versión opuesta es la de la agencia oficial, Sana, que informó de que las muertes se habían producido después de que un grupo de criminales disparara contra agentes policiales, matando a uno de ellos e hiriendo a otros once. Las protestas comenzaron hace un mes en la ciudad sureña de Deraa, y rápidamente se han extendido al resto del país. Según grupos de derechos humanos, más de 200 personas han muerto en la represión de las revueltas en un país que no tolera las manifestaciones. El sábado, el presidente sirio anunció una remodelación del Gobierno y prometió que el estado de emergencia, vigente desde hace 48 años, sería levantado en breve.