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«En cuatro meses no se puede convencer a todos después de 40 años de terrorismo»
Zapatero reclama a ETA que contribuya a un «nuevo escenario» pero advierte a la banda de que no va a dejarla «respirar»
DURANGO. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero lanzó ayer en Durango (Vizcaya) un recado a ETA. Días después de la desarticulación del 'comando Erreka', de la detención de dos presuntos etarras y de la incautación de cerca de tonelada y media de explosivos, el presidente del Gobierno trasladó a la banda que no piensa dejarla «respirar». «Más le vale que dé un paso atrás definitivamente, renuncie a la violencia y contribuya a un nuevo escenario» por el que, en cierta medida, sí estaría apostando la izquierda 'abertzale', que, según el líder del PSOE, «está dando pasos».
Casi dos años después, Zapatero regresó a Euskadi. No había vuelto desde la campaña que condujo a Patxi López a Ajuria Enea. Estuvo a punto de hacerlo a principios de mayo de 2010, pero tuvo que anular su viaje a raíz del duro plan de ajuste que presentó para eludir la presión de los mercados y de las instituciones europeas. Entonces comenzó un declive presidencial que desembocó hace dos semanas en su anuncio de que no se presentará a las generales de 2012.
Un adiós que en ocasiones sobrevoló el recinto de Durango donde se celebró la Fiesta de la Rosa del PSE, pero que no impidió al presidente del Gobierno dejar claro que en materia antiterrorista y de pacificación todavía le queda camino por recorrer. Fue en un acto similar en 2006 cuando Zapatero anunció en pleno alto el fuego de ETA que estaba dispuesto a abrir un diálogo oficial con la banda, para lo que pidió permiso al Congreso. La esperanza se abría camino. Luego todo se frustró.
Cinco años después el escenario guarda ciertas similitudes. Desde el pasado 10 de enero, existe una tregua «permanente, verificable y de carácter general», la izquierda 'abertzale' se ha desmarcado como nunca antes lo había hecho del terrorismo y en la mayoría de los partidos existe el convencimiento de que no hay marcha atrás. Pero las experiencias anteriores hace que las dudas permanezcan.
Guiones similares
Por eso Zapatero apostó ayer por un discurso con escasas concesiones a la izquierda 'abertzale'. Admitió que durante los últimos meses ha habido avances y que se han dado «pasos». «Pero hay que dar más para rechazar, alejarse definitivamente de la violencia y ser partícipes de la democracia», sentenció el presidente del Gobierno, quien añadió: «En cuatro meses no se puede convencer a todos después de cuarenta años» de terrorismo.
En su discurso, que se prolongó durante cerca de 45 minutos, el jefe del Ejecutivo no esbozó que vaya a realizar algún gesto hacia la izquierda 'abertzale', como un acercamiento de presos, pero sí lanzó varias frases abiertas a diversas interpretaciones. Por ejemplo, sostuvo que en el camino para lograr la paz hay que actuar «con la cabeza y con el corazón», sin olvidar lo que ha ocurrido «en el pasado», pero teniendo en cuenta «el futuro».
Incluso, el secretario general del PSOE quiso marcar una tenue línea entre la izquierda 'abertzale' y ETA. A la primera le reconoció los pasos dados al pedirle que siga «adelante en favor de la democracia»; a la banda, por contra, le exigió que dé un «paso hacia atrás: la renuncia de la violencia sin condición alguna».
Un guión muy similar al que momentos antes había ofrecido Patxi López. No fue la parte más significativa de su intervención, de hecho, el grueso de su discurso estuvo dedicado a marcar su perfil izquierdista y en arremeter contra el PP, pero el lehendakari también jugó con el mismo esquema.
Tras recalcar que «hemos derrotado a ETA» porque sabe que «nunca conseguirá nada mediante la violencia», resaltó que «todos los grupos y personas que han apoyado al terrorismo están cambiando poco a poco». «Aún no han terminado su recorrido, pero nosotros sabemos dónde les tenemos que esperar, en el sistema democrático», ensalzó el líder del PSE, quien al igual que Zapatero recordó que la democracia es un sistema de «puertas abiertas» que integra a «todo aquel que viene de fuera de ella y quiera hacerlo de verdad».
Y tanto Zapatero como Patxi López se esforzaron en recalcar que en esta materia «no aceptarán lecciones de nadie». El mensaje tenía un destinatario claro: el Partido Popular, que en las últimas semanas ha reactivado sus críticas a la política antiterrorista del Gobierno central.
El presidente sostuvo que el PP quiere utilizar el terrorismo en «la contienda política». «Con prudencia, pero no nos vamos a callar ante esa actitud que consideramos incalificable», dijo en un tono muy similar al lehendakari. «Nadie va a decir a los socialistas cómo se defiende la democracia porque nos han agredido y asesinado», exclamó por su parte Patxi López.