El autor del libro, Rafael Rodríguez, y la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, con algunas de las protagonistas del mismo. :: ELISA ARROYO
ANDALUCÍA

Las políticas andaluzas hacen historia

Desde Victoria Kent a Teófila Martínez y Mar Moreno, muchas otras fueron pioneras en ocupar sitio en los órganos de poder El libro 'Diputadas' recopila y documenta la aportación de 1.132 mujeres a la actividad pública

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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La jiennense Petra Montoro fue a los 53 años la primera alcaldesa de Andalucía y la tercera de España. No era ni ilustrada ni defensora de los derechos femeninos cuando fue nombrada por el gobernador civil de la provincia en 1925, durante la dictadura de Primo de Rivera, alcaldesa de Sorihuela del Guadalimar, en la sierra de Las Villas de Jaén. Esta mujer sin estudios, madre de cuatro hijos y terrateniente tuvo un final trágico, cuando el 29 de noviembre de 1936 es llevada al río Guadalimar junto a sus hermanas también mayores por milicianos del bando republicano. Murió ahogada tras ser torturada.

La segunda alcaldesa andaluza es una joven sevillana de 22 años, Amalia Torrijos Rodríguez, maestra nacional destinada en Coripe (Huelva), en donde sólo llevaba un año cuando el gobernador civil la nombra alcaldesa en junio de 1933, en la República, por ser la funcionaria más joven del pueblo según la normativa de entonces y tras destituir al alcalde elegido. Este se opuso al relevo y tuvo que ser detenido por la Guardia Civil. Torrijos fue la única mujer durante la República al frante de un ayuntamiento. No se sabe cuándo Amalia Torrijos deja el cargo porque los documentos del Ayuntamiento de Coripe se perdieron en la guerra civil, pero sí que se casa con un sargento del bando nacional que deja el ejército y se instala en Sevilla donde regenta una tienda de ultramarinos. Amalia Torrijos nunca vuelve a ejercer de maestra.

El hijo de Petra Montoro, Justo Medina, fue alcalde en 1939, durante los primeros meses del franquismo, pero dejó el cargo semanas después, según dicen, porque se negaba a firmar las órdenes de detención de vecinos republicanos. Un hijo de Amalia Torrijos es el primer teniente de alcalde de Sevilla, Antonio Rodrigo Torrijos (IU), quien como el resto de sus hermanos ha confesado que supo que la madre fue alcaldesa cuando ya eran mayores. Los padres nunca hablaron de ello con los hijos.

Las historias de ambas mujeres se relatan en el libro 'Diputadas', escrito por el periodista Rafael Rodríguez (Málaga, 1955), en el que el autor recopila y documenta la aportación de 1.132 mujeres andaluzas a la actividad pública. El libro, editado por el Parlamento de Andalucía, se centra en las andaluzas que han sido parlamentarias autonómicas (139 hasta ahora), ediles, diputadas nacionales o miembros de gobiernos del actual periodo democrático. Pero también aborda aquellas que de forma consciente o casual abrieron el camino a la presencia femenina en los órganos de poder o en la esfera intelectual.

Ilustradas

En esta última parcela el autor rememora a las ilustradas del siglo de Oro, como las de la escuela granadino-antequerana (Mariana de Carvajal, Cristobalina Fernández), la primera periodista española, la gaditana Beatriz Cienfuegos, a finales del XVIII y Fernán Caballero, primera gran escritora andaluza. Rafael Rodríguez subraya que la mujer andaluza ha sido pionera en España en muchas parcelas, también en política.

El nombre más conocido antes del actual periodo democrático es el de Victoria Kent. La abogada malagueña es una de las dos primeras diputadas electas en España, hecho que ocurrió en la República. La otra fue Clara Campoamor. Pero Kent, a la que se le reprochará que se opusiera al derecho del voto femenino (aprobado en 1931) por creer que la mujer no estaba suficientemente preparada, será recordaba también por haber sido la primera española en abrir un despacho profesional en Madrid y la primera en el mundo que interviene como abogada en un consejo de guerra.Como directora general de Prisiones sentó precedentes en España y Europa, al poner en práctica un método pionero de inserción social de presos

Otra malagueña, Isabel Oyarzábal Smith, periodista, actriz y diplomática, jugó un papel destacado en el movimiento feminista de España. En 1933, nombrada delegada de España con poderes de ministro plenipotenciario en Ginebra se convirtió en la primera en el mundo en firmar una convención en nombre de un gobierno en la Sociedad de Naciones, luego ONU.

Los hitos de la segunda República tardaron en reproducirse ya que

el franquismo volvió a relegar a la mujer al hogar y todos los derechos conquistados en la República fueron anulados. Pese a ello, Rodríguez rescata como 'rara avis' los casos de mujeres que en los sesenta y de la mano de la Sección Femenina vuelven a ocupar concejalías y en los postreros años del franquismo otras quince son nombradas alcaldesas, cinco de ellas ya muerto Franco.

Entre ellas Pilar Pulgar Fraile, nombrada alcaldesa de Palos de la Frontera (Huelva) cinco días después de morir Franco y tres días después de que Juan Carlos fuera proclamado rey. Le gusta llamarse la primera alcaldesa de la monarquía en España. Pilar Pulgar creará un partido independiente con el que resultó elegida alcaldesa hasta 1995, pero luego dará el salto a la política nacional y acabará en el Partido Popular.

Pilar Pulgar es una de las seis diputadas (de 109) del primer Parlamento, constituido en el Real Alcázar de Sevilla en un caluroso día del verano de 1982 . Los únicos abanicos en el salón de tapices eran los de José Rodríguez de la Borbolla y Hortensia Gutiérrez del Álamo, la que más años ha sido diputada, cinco legislaturas. Entre aquellas pioneras estuvieron Amparo Rubiales, la primera consejera de la Junta, y la granadina Amalia Jiménez. La presencia femenina tardó en hacerse notar en la política con la llegada de la democracia, pese a que la primera mujer ministra fuese también otra andaluza aunque nacida en Madrid, Soledad Becerril.

Listas cremallera

Becerril fue alcaldesa de Sevilla con el PP lo mismo que Celia Villalobos en Málaga, pero antes fue presidenta regional de un partido, la UCD. Cargo que sólo ha ocupado otra mujer, Teófila Martínez, que además de alcaldesa de Cádiz desde 1995 y presidenta regional del PP, fue en 2000 la primera candidata de un partido mayoritario a la presidencia de la Junta.

Mar Moreno, la ahora portavoz de la Junta, fue la primera mujer presidenta del Parlamento. Para entonces, la legislatura 2004-2008, el Gobierno andaluz ya era paritario, el primero en España, y en la misma etapa se aprobaron las listas cremallera. Rodríguez subraya la paradoja de que con las listas cremallera «se ha podido ganar en cantidad, pero se ha perdido en relevancia». Prueba de ello es que en 2004 hubo más candidaturas encabezadas por mujeres que en 2008. «Las estructuras de los partidos y de los sindicatos siguen siendo dominio del hombre», añade.

el franquismo volvió a relegar a la mujer al hogar y todos los derechos conquistados en la República fueron anulados. Pese a ello, Rodríguez rescata como 'rara avis' los casos de mujeres que en los sesenta y de la mano de la Sección Femenina vuelven a ocupar concejalías y en los postreros años del franquismo otras quince son nombradas alcaldesas, cinco de ellas ya muerto Franco.

Entre ellas Pilar Pulgar Fraile, nombrada alcaldesa de Palos de la Frontera (Huelva) cinco días después de morir Franco y tres días después de que Juan Carlos fuera proclamado rey. Le gusta llamarse la primera alcaldesa de la monarquía en España. Pilar Pulgar creará un partido independiente con el que resultó elegida alcaldesa hasta 1995, pero luego dará el salto a la política nacional y acabará en el Partido Popular.

Pilar Pulgar es una de las seis diputadas (de 109) del primer Parlamento, constituido en el Real Alcázar de Sevilla en un caluroso día del verano de 1982 . Los únicos abanicos en el salón de tapices eran los de José Rodríguez de la Borbolla y Hortensia Gutiérrez del Álamo, la que más años ha sido diputada, cinco legislaturas. Entre aquellas pioneras estuvieron Amparo Rubiales, la primera consejera de la Junta, y la granadina Amalia Jiménez. La presencia femenina tardó en hacerse notar en la política con la llegada de la democracia, pese a que la primera mujer ministra fuese también otra andaluza aunque nacida en Madrid, Soledad Becerril.

Listas cremallera

Becerril fue alcaldesa de Sevilla con el PP lo mismo que Celia Villalobos en Málaga, pero antes fue presidenta regional de un partido, la UCD. Cargo que sólo ha ocupado otra mujer, Teófila Martínez, que además de alcaldesa de Cádiz desde 1995 y presidenta regional del PP, fue en 2000 la primera candidata de un partido mayoritario a la presidencia de la Junta.

Mar Moreno, la ahora portavoz de la Junta, fue la primera mujer presidenta del Parlamento. Para entonces, la legislatura 2004-2008, el Gobierno andaluz ya era paritario, el primero en España, y en la misma etapa se aprobaron las listas cremallera. Rodríguez subraya la paradoja de que con las listas cremallera «se ha podido ganar en cantidad, pero se ha perdido en relevancia». Prueba de ello es que en 2004 hubo más candidaturas encabezadas por mujeres que en 2008. «Las estructuras de los partidos y de los sindicatos siguen siendo dominio del hombre», añade.