Otras maneras
Los socialistas cambian de táctica y se pasan a la ofensiva para frenar el éxito del acoso del PP
Actualizado: GuardarE L Parlamento andaluz celebró su última sesión esta semana antes de las elecciones municipales. El hasta luego a la actividad parlamentaria no va a significar de ningún modo el adiós a los temas que han supuesto el grueso de la metralla política que unos y otros se han arrojado estos meses en la Cámara regional. Estas municipales van a centrarse más que nunca en temas andaluces. Incluso más que nacionales. Los ERE, el Gürtel andaluz y los negocios del hijo de Chaves no van a desaparecer. Compartirán cartel con diferente protagonismo según las siglas de quién hable en los escenarios de cada localidad.
En el PSOE preocupa ya más el asunto del hijo de Chaves que el de los ERE. El acoso del PP a Chaves está siendo tan demoledor que la moral del vicepresidente del Gobierno está tocada, según admiten algunos allegados. En el PSOE hay una consigna clara, defendera Chaves y hacerlo al ataque. Se ha pasado a la ofensiva tanto en el asunto de los ERE como en el del ex presidente andaluz para frenar el éxito del acoso del PP. En esta táctica se entiende que saliera a la luz la minuta del suegro de Javier Arenas con cargo a lo que el PP llama 'fondo de reptiles' y que la Junta siempre ha defendido como una partida legal aprobada en los Presupuestos aunque luego alguien haya metido la mano en ella. Los socialistas también tiran a a dar a Ricardo Tarno, principal fustigador de Chaves en el Congreso, relacionándolo con la trama Gürtel. El PSOE se ha lanzado al fango que tanto critica del PP. Probablemente el PP no sea inocente en su manera de atacar a costa de los ERE, con alguna que otra media verdad o media mentira, como la de tildar todo lo presupuestado para ayudar a empresas como un fondo para amiguetes del PSOE. Pero este uso de familiares para minar al adversario sin que haya indicio alguno de ilegalidad sobre sus actuaciones debería tener un límite. Por ética y por estética. En uno y otro bando.
En este contraataque socialista destaca el nuevo papel de Griñán, que ha sorprendido con un cambio de registro en sus intervenciones. Tanto en el Parlamento como en actos del partido, Griñán ha adoptado un tono leñero contra el PP. Se acabaron las buenas formas. Quienes asesoran al presidente le han recomendado que deje su impronta de hombre educado para acuñar otra más ruda y contundente. Nada de paños calientes. Es el mismo consejo que le dieron para acabar con los segadores de hierba bajo sus pies en su partido. Mano dura y golpe de autoridad.
En el PP achacan la ofensiva del PSOE y en particular la de Griñán a que está muy nervioso, porque sabe que va a perder las elecciones y por la división interna a raíz del portazo de Pizarro. Consideran que es un síntoma claro de pérdida de papeles y no de autoridad.
Pero con esa filosofía, en el PP también deberán estar nerviosos, aunque sea por lo contrario. Por las expectativas que hay sobre que va a ganar. Nunca se sabe qué pone más nervioso, si estar a punto de perder o estar a punto de ganar. Si no, tampoco se explica la dureza de sus embestidas dialécticas contra sus adversarios.