Solución militar y política
Actualizado: GuardarEn un estimable -y logrado- esfuerzo de concertación los países más abiertamente involucrados en la crisis de Libia y sus socios ha establecido con claridad que la situación precisa un tratamiento político al que solo ponen una condición inexcusable: todo acuerdo sobre el porvenir del país no es imaginable con Gadafi. Todo es negociable e incluso se sugiere una preferencia por un desenlace políticamente pactado entre los beligerantes, todos libios a fin de cuentas. Pero Gadafi debe irse. Y esto es, sencillamente, muy razonable. Sin embargo, el comunicado de la conferencia de Doha no excluye formalmente que un hijo del dictador, Saef al-Islam sin duda, pudiera ser parte de la solución, aunque los rebeldes le vetan siempre como inaceptable a los efectos de una negociación. Sea como fuere, y dando por sentado y decente el veto a Gadafi, todo esto sugiere que, junto a los medios militares, se alienta la posibilidad de un desenlace político porque, como dicen en la OTAN la solución no puede ser 'solo' militar