Un operario trabajando en una palmera afectada. :: J. F.
Jerez

¡Alerta! El picudo rojo está aquí

Basta dar una vuelta por la ciudad para ver los estragos de este escarabajo en las palmeras

JEREZ. Actualizado: Guardar
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No sé si nuestras autoridades fitosanitarias o de medio ambiente se han dado cuenta y tomado en serio el grave riesgo que está corriendo el gran número de palmeras canarienses que exornan nuestra ciudad. Comparado con otros pueblos y ciudades costeras de nuestra provincia, Algeciras, San Roque, Puerto Real, San Fernando, Puerto de Santa María, Sanlúcar, Chipiona..., donde la plaga parece ser bíblica, Jerez aún conserva sanas muchas de ellas, pero ante la inminente plaga se ha de hacer la debida prevención y seguimiento, so pena que de aquí a poco tiempo hayamos perdido los bellos ejemplares que de esta variedad de palmeras tenemos repartidas por la ciudad.

No hay más que darse un paseo por nuestras calles y plazas para observar los estragos que el escarabajo está causando en esta variedad de palmaceas. Apenas se entra en Jerez por el sur, justo en la rotonda de la Alcubilla, en la urbanización que otrora construyera la antigua Caja de Ahorros de Jerez, existen dos palmeras, bueno, una ya ha dejado de existir y la otra está a punto de fenecer, debido a la afectación del picudo rojo. Pero no es ésa la única zona afectada. Conforme bajamos la cuesta de Pío XII, justo enfrente, en el antiguo jardín botánico de las bodegas Marqués de Misa, hoy en posesión de Harveys, existen tres hermosas canarienses que por su aspecto 'acapachadas' y hojas de coloración atabacada están sentenciadas a muerte, siendo lógico que debido a su proximidad las restantes del magnífico jardín estén también afectadas. Este gorgojo ya ocupa los cuatro puntos cardinales de Jerez.

Por el norte las tenemos en la céntrica plaza del Mamelón, justo a la espalda del monumento a San Juan Bautista de la Salle existen dos; una, ya ha pasado a mejor vida y a la otra, aunque parece estar recuperando, no le auguramos mejor futuro. Enumerarlas todas sería prolijo y seguramente consumiríamos nuestro espacio sin abordar otros aspectos con los que dar a conocer o ampliar la información que sobre este curculiónido tengan los lectores de LA VOZ.

Todo apunta a que, procedente de Egipto y el sudeste asiático, este coleóptero entró en España en una partida de palmeras importadas, detectándose principalmente en la costa de Cataluña, Motril y Granada, desde donde se ha extendido a Málaga, Marbella, San Pedro de Alcántara... propagándose desde allí a Algeciras y la provincia de Cádiz.

Cuando el 'rhynchophorus ferruginens', a través de un inusitado vuelo de hasta dos kilómetros, se instala en una palmera y realiza su ciclo vital, el proceso reproductivo es increíble, ya que la hembra efectúa una puesta de 200 a 400 huevos que al eclosionar salen las larvas, gusanos de tres a cinco centímetros de largo, de color blanco amarillento, con cuyas potentes mandíbulas horadan el cogollo de la palmera devorándolo, efectuando en el unas galerías de hasta un metro de profundidad. Durante este periodo, que dura unos tres meses, empiezan a caer o desaparecer las hojas verticales, presentando el vegetal un aspecto aplastado y descabezado, dejando la palmera sentenciada.

La larva continúa su ciclo construyendo un capullo con las fibras de la palmera, en el que se introduce. Tras la metamorfosis sale el escarabajo, que permanece en la palmera si hay alimento y encuentra pareja, allí realiza la cópula y emprende vuelo para buscar otro ejemplar donde instalarse e iniciar su ciclo vital.

Por ahora parece que su preferida es la 'phoenyx canariensis', no afectando a la datilífera ni a la wachintonia, especies de tronco y fibras más duras. Decimos por ahora porque no sabemos si más adelante, cuando acabe con la primera, ya sin tener que comer, devorará a las otras dos variedades. Al no ser endémico, el picudo rojo no tiene depredadores que dificulte su expansión, por lo que campa a sus anchas, existiendo ya el terrible pronostico de que de aquí a poco tiempo este curculiónido haya invadido la totalidad de la península ibérica.

Ya que las larvas de este gorgojo no son detectadas de inmediato, cuando se descubre es tarde, existiendo en el interior de la palmera varias generaciones de escarabajos, larvas y capullos. Se ha probado con múltiples tratamientos pero ninguno lo erradica; hasta con nematodos, un ácaro entomopatógeno que parasita en el exoesqueleto del escarabajo debilitándolo sobremanera, pero el tratamiento es tan costoso -alrededor de 1.500 euros por palmera- que son pocos los que pueden permitírselo. Cuando la palmera está verdaderamente afectada y con el fin de evitar la propagación, lo mejor que se puede hacer es proceder a talarla, pero esta operación cuesta de 200 a 10.000 euros.

Téngase en cuenta que una 'phoenyx canariensis' adulta suele pesar de cinco a 15 toneladas, con lo que la maquinaria también ha de ser pesada, dada la dificultad y el riesgo de la tala, transporte, etc. Pero la actuación no acaba cortándola ya que para exterminar las larvas, los huevos, los capullos y el escarabajo hay que triturar la palmera y quemarla. Cortar la palmera y abandonarla en un vertedero es un grave error, pues se traslada la infección a otro lugar, contribuyendo a su propagación, que es lo que se debe evitar.

En España la única palmera autóctona es el palmito, por lo que el resto de variedades son herencia de culturas como la árabe, que fueron los que las trajeron y plantaron, las que después de tantos siglos peligra su existencia; tal es, por ejemplo, el palmeral de Elche, que ronda el millón de ejemplares, así como otras ciudades con cientos y miles de ellas.

Ante los estragos que el picudo rojo, todos debemos de contribuir al control de la plaga, sobre todo los propietarios de fincas y jardines con ejemplares, denunciando la aparición del picudo o de sus larvas a las autoridades fitosanitarias.

Para ello hemos de llamar al Departamento de Sanidad Vegetal de la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca o, en nuestro caso, al Ayuntamiento de Jerez, a la Delegación de Medio Ambiente, concretamente al Servicio de Arbolado, cuyo número de teléfono es el 956 149 570.