
Un aperitivo suculento
El Madrid busca venganza y el Barça asestar un golpe que deje secuelas para Copa y 'Champions'
MADRID. Actualizado: GuardarPistoletazo de salida en el Santiago Bernabéu al maratón de 'clásicos' más apasionante de la historia. Aunque en 1916 los dos grandes de España ya protagonizaron cuatro partidos en menos de tres semanas, fue un hecho de carácter local, no internacional. Ahora, con la superioridad que Barça y Madrid exhiben tanto en la Liga como en la 'Champions', hay serias posibilidades de que las madres de todas las batallas se sucedan en el tiempo.
Mourinho contra Guardiola, pragmatismo frente a romanticismo y estrategias escondidas pero con poca capacidad de sorpresa. Cristiano contra Messi en un duelo de depredadores inigualables. Y así hasta donde se quiera comparar, jugador por jugador o línea por línea. Hasta las glamurosas novias de unos y otros salen a escena y participan en un cóctel suculento. Aguardan polémicas globales, goles universales, arrancadas estratosféricas, declaraciones que dan a vuelta al mundo, pocas certezas y puñados de incertidumbres. Pasión pura para la Semana Santa.
Tanto 'Mou' como Guardiola coinciden en que cada partido tendrá su propia historia y se merece un análisis y una preparación diferentes. Hay que descontextualizarlos. No es un 'play-off' de baloncesto. Se juegan tres títulos, un proyecto y hasta el futuro. El hoy es un aperitivo suculento de un menú extraordinario. Con ocho puntos de ventaja, el Barça acaricia una Liga. Pero nada de trámites. El orgullo, la dignidad y la idiosincrasia del madridismo conducen al deseo de venganza. Dijo 'Mou' que fue una derrota «fácil de digerir», pero la 'manita' en el Camp Nou dejó secuelas. Cinco puñaladas profundas jamás cicatrizan.
Los culés saben que el eterno rival está acorralado y quieren darle un golpe definitivo. Un 'nocaut' irrecuperable para la final de Copa del miércoles y el doble duelo en semifinales de la 'Champions'. Hay cachondeo en Barcelona y un runrún en las redes sociales que animan a Guardiola a plantarse en Chamartín con el equipo B y reservar a sus estrellas, pero esta irrespetuosa forma de pensar del forofo no entra en la cabeza de un entrenador tan respetuoso y metódico como el de Santpedor.
Todo vale con tal de inquietar al adversario. Llegados a este punto, los técnicos se contraprograman más que los políticos en sus mítines o las cadenas de televisión en sus parrillas. Que Guardiola decide comparecer la víspera más tarde que el portugués, pues 'Mou' responde borrándose del mapa y dejando las explicaciones en boca de Aitor Karanka, su ayudante. Ya está todo dicho. Los mensajes ya se conocen: ante el Barça hay que prepararse para jugar con diez porque siempre expulsan a uno, los catalanes ganan también cuando juegan mal por factores externos. Pep sabe que le espera un campo minado. Mourinho entiende que jugándole de tú a tú, el Barça es insuperable. Hay que aguantarle, frenarle y contragolpearle. Y más al no estar en el equipo titular Abidal y Puyol, convocado después de tres meses de baja, con vistas a la final copera. Con Busquets como compañero de Piqué, faltan velocidad y contundencia, aunque el ídolo de Del Bosque supla sus carencias como central con inteligencia táctica y solidaridad. La ansiedad de Cristiano le exige marcar al fin al Barça, algo no conseguido en seis partidos. Messi, en cambio, anotó siete goles en nueve compromisos ante los blancos pero, curiosamente, jamás le marcó a un equipo de Mourinho.
Presumir cuáles van a ser las decisiones de los entrenadores es osado, pero es aún más arriesgado creer que el partido de Liga es casi anecdótico. Los choques entre estos colosos siempre tuvieron trascendencia, aunque el resultado no cambiase el curso de la historia. Es imposible poder pensar que un choque de esta envergadura se tire. Y las matemáticas tampoco lo permiten. Si gana el Madrid el primero de los seis partidos disputados contra el Barça de Guardiola, todavía podría soñar con la Liga. Daría algo de emoción al campeonato.