Jacinto Leal y tres de sus hermanas, ayer en el despacho de su abogado. :: MIGUEL GÓMEZ
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El SAS debe indemnizar a un paciente al que le cortaron una pierna por un error

Un juez ha condenado a Salud a pagarle 220.000 euros por negligencias en las urgencias del Hospital de Puerto Real

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Jacinto Leal se mueve con una silla de ruedas porque no soporta la pierna ortopédica. A sus 68 años, le empiezan a faltar las fuerzas, pero además, ha perdido el ánimo y le tiene miedo. Le amputaron su pierna desde la rodilla hasta la pie hace tres años, en enero de 2008, cuando aún no se había jubilado de trabajar en el campo. Se le había necrosado y hubo que cortar urgentemente.

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) tendrá ahora que pagarle 220.000 euros porque aquella gangrena fue causada por un error médico que Jacinto y sus cuatro hermanas (él es el mayor de nueve) han logrado probar en los tribunales. Después de cuatro años de pleitos y de silencio administrativo por parte del SAS, el juez de lo Contencioso-Administrativo número 9 de Sevilla les ha dado la razón y ha ordenado que tanto el SAS como la empresa aseguradora Zurich paguen a Jacinto con 201.605 euros, más intereses. Según José Luis Ortiz Miranda, abogado del paciente y representante de la asociación del Defensor del Paciente en Cádiz, la indemnización total ascendería a 220.000 euros.

El origen de la operación se remonta a enero de 2008 -LA VOZ ya la adelantó en marzo de 2008- cuando este chiclanero, que es soltero y vive con una de sus hermanas, sintió un fuerte dolor en el pie. En un primer momento acudió al centro de salud de la Longera, en Chiclana. Pero tras un primer examen, en el que no se averiguó la causa del dolor, lo derivaron al servicio de urgencias del hospital de Puerto Real, donde le diagnosticaron una artrosis, le vendaron la pierna y lo enviaron a casa. Un caso supuestamente sencillo y sin importancia, que debía ser revisado a los 10 días por el médico de cabecera.

Sin embargo, a los nueve días, Jacinto sintió que el pie estaba frío, amoratado y olía a podrido. De nuevo acudieron de urgencias al hospital de Puerto Real y al verle la pierna, lo enviaron al servicio de cirugía vascular y de angiología del Puerta del Mar. Nada se podía hacer ya. La pierna estaba necrosada y solo cabía amputar para evitar que se extendiera. Lo que padecía no era una artrosis (una «gonalgia de gonartrosis»), sino una afección circulatoria, que se agravó con la venda compresiva que le aplicaron.

El SAS se defendió en el juicio asegurando que los síntomas eran similares y cabía la confusión, y que en todo caso, la amputación era necesaria. En cambio, una de las hermanas de Jacinto recordaba ayer lo que le dijeron en el hospital: «Si le hubieran llevado dos días antes, habría salvado la pierna».

Según la sentencia (puede consultarla en lavozdigital.es), el error que se cometió con Jacinto no fue una mala interpretación de los síntomas, sino una negligencia de procedimiento: «No se le realizaron todas las pruebas que estaban al alcance y que eran recomendables», asegura el juez. Y es que a Jacinto sólo le practicaron un radiografía, pero no se le inspeccionaron las extremidades, ni se le tomó la temperatura, entre otras prueba. «El médico no levantó ni la cabeza para mirarle», se quejaba ayer Josefa, una de las cuatro hermanas del paciente, en el despacho de Ortiz Miranda.

Jacinto, además, tenía antecedentes médicos desde 1994 de problemas de arteriopatía crónica en los miembros inferiores: «Solo tenían que mirar la pantalla del ordenador, en su historial en el hospital», explicaba el letrado, que recurrió al Contencioso tras recibir el silencio administrativo como respuesta a su demanda patrimonial.

Jacinto y su familia están satisfechos con la sentencia y no pretenden denunciar por la vía penal al médico que lo atendió. Sólo quieren que «no le vuelva a pasar algo parecido a otra criatura».