Javier Reverte narra en 'Los mares salvajes' su travesía del ártico
«Herimos a la naturaleza y se venga», asegura el viajero y escritor, que anuncia una guerra estratégica por el control de los recurso árticos
MADRID. Actualizado: GuardarDurante casi cinco siglos navegantes, aventureros y comerciantes buscaron con ahínco el Paso del Noroeste, la ruta que permitiera conectar Europa y el este americano con Asia a través del hielo ártico. Tras infinitud de intentos fallidos que se cobraron muchas vidas y navíos y el descomunal esfuerzo de Roald Amundsen, que tardó tres años en cruzar a trompicones el mar helado a principios del siglo XX, la caprichosa y todopoderosa naturaleza reabrió esta mítica e inhóspita ruta hace nada. Ocurrió en 2007 cuando el infierno blanco y helado dejo de ser infranqueable gracias al calentamiento global y el deshielo. El siempre atento Javier Reverte (Madrid, 1944) se subió otra vez a la rueda viajera en la que lleva varias décadas y se marcó un nuevo reto: navegar el Ártico de este a oeste. Enseguida obtuvo pasaje en un buque oceanográfico australiano alquilado por rusos y en 2008 atravesó el mítico paso ártico que, abierto también en 2000 y 2010.
Fue un viaje de casi dos meses y cerca de 10.000 kilómetros en avionetas trenes y coche y sobre todo en barco -13 días de navegación- que dieron pie a un nuevo libro del periodista y viajero: 'En mares salvajes' (Plaza & Janés) que llega al lector en una primera edición de 40.000 ejemplares. Cuenta Reverte lo bueno y lo malo de este deshielo, que tiene bastante de bendición sin dejar de ser una maldición. Y es que tras una epopeya secular, la apertura del helado Paso del Noroeste ha recrudecido la sorda batalla por la soberanía del uno parajes desolados pero riquísimos en recursos naturales.