DUQUESAS
Actualizado: GuardarNo se ha hablado bastante del fracaso de la segunda parte de 'La duquesa', la serie de Telecinco sobre la duquesa de Alba, que debutó la semana pasada con un fracaso estrepitoso y terminaba ayer entre la general indiferencia. Para colmo, la propia familia de Alba está que se sube por las paredes, porque se siente cruelmente caricaturizada. «Yo me he limitado a interpretar el guión», dice a modo de disculpa Carlos Hipólito, el actor que ha encarnado a Jesús Aguirre. Claro: Hipólito es un buen actor y se ha limitado a hacer su trabajo. Pero es que el problema no es la ejecución, sino la idea. ¿De verdad creen en Telecinco que tiene sentido gastarse muchísimo dinero en una historia que al final es completamente irrelevante? Da la impresión de que aquí alguien ha tenido una ocurrencia, se ha mirado al espejo, ha dicho «pero qué genial soy, rediez», y se ha puesto manos a la obra sin pararse en barras. Cosa, por cierto, que es muy elocuente sobre la atmósfera que se vive en las alturas de los canales más importantes de nuestra pantalla. Las grandes cadenas han creado en torno a sí mismas una especie de mundo cerrado donde la gente vive solo para sí y su propio universo de intereses. Tal mundo no aloja solo a los profesionales de la tele, sino también a los que viven del espectáculo y la información en cualquiera de sus formas. A esa gente, y a los que la financian, Christopher Lasch la definió como «la nueva clase», y es hoy el ombligo del poder. Es ese mundo donde, por ejemplo, un creador de programas rosiamarillos se casa con un diputado gubernamental entre los aplausos de la alegre 'troupe' del cotilleo y donde Belén Esteban comparte banco con José Montilla, como este fin de semana. Pero no derivemos: en lo que concierne a 'La duquesa', me parece que estamos ante el típico producto que solo interesa a los que se lo inventan, los cuales, por ese egocentrismo del que hablaba, piensan que todo el mundo ha de inclinarse ante su genialidad. Por fortuna, la gente no siempre muerde el anzuelo. Como ha ocurrido en esta ocasión.