«Yo no he pagado nada ni me consta que se hiciera», asegura el armador del 'Alakrana'
MADRID. Actualizado: GuardarEstaba preparándose para ascender el Kilimanjaro, la gran cumbre nevada de África, ubicada en Tanzania, cuando le sonó el teléfono varias veces. Mensajes, llamadas perdidas y en ellas una frase común: «¡Kepa, que los piratas han secuestrado el 'Alakrana'!». El armador del atunero se quedó helado. Casi sin tiempo para reaccionar, recibió una llamada de la consejería vasca de Agricultura y Pesca dándole ánimos y algún consejo: si quieres estar cerca del barco vuela a Kenia.
Así lo hizo. Dejó el campo base de Kilimanjaro y cogió un avión con destino a Nairobi, donde se alojó en un céntrico hotel durante una semana. Acompañado del embajador de España en ese país, Nicolás Martín Cinto, hombre clave en la liberación, recibió una primera llamada de un negociador de los piratas, conocido como 'Jama', que le comunicó en un inglés regular que «para solucionar el problema» era necesario satisfacer dos condiciones: devolver a los dos somalíes capturados por la fragata 'Canarias' y pagar de una tacada 10 millones de dólares.
«Me quedé 'flasheado', ¿cómo iba yo a responder a esta oferta?», relató Kepa Etxeberría al tribunal de la Audiencia Nacional, que ayer dejó visto para sentencia el juicio contra 'Abdú Willy' y 'Raageggesey Adji Haman', para los que el fiscal pidió 438 años de cárcel por secuestro ilegal, robo, amenazas y asociación ilícita.
Días después Kepa se trasladó a la residencia del embajador, desde donde siguió el secuestro. Un día antes de volver a España recibió una llamada de un tal 'Pepe' que cambió las cosas. «Era Pepe el de los misteriosos», me dijo sin pedirle más datos. Él llevó el peso de la negociación con los piratas. Pero, ¿quién hizo el pago final? «Yo no he pagado nada ni me consta que se hiciera», dijo el armador al tribunal.