Rebeldes descansan junto a una atacada mezquita de Ajdabiya. :: AP
MUNDO

La OTAN frena a Gadafi en el Este libio

La Alianza destruye al menos 25 tanques y deja un reguero de cadáveres a las puertas de Ajdabiya, además de debilitar el ataque contra la sitiada Misrata

RABAT. Actualizado: Guardar
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Un intenso bombardeo de la aviación de la OTAN consiguió ayer frenar el avance de las tropas de Muamar Gadafi sobre la ciudad de Ajdabiya, y mermó también la capacidad del régimen de Trípoli para atacar la localidad de Misrata, asediada por los leales desde hace semanas. El fuego aliado destruyó al menos veinticinco tanques de la fuerzas del dictador, con un alto coste también: testigos en el lugar observaron decenas de cadáveres de milicianos del régimen a las afueras de Ajdabiya.

Mientras la situación en el frente se encona, en Trípoli, un nuevo intento de mediación, esta vez por parte de la Unión Africana (UA), trataba de buscar una solución política al conflicto. Cuatro jefes de Estado, Jacob Zuma, de Sudáfrica; Amadu Tumani Turé, de Malí; Mohamed Uld Abdelaziz, de Mauritania, y Denis Sassu Ngesso, de República de Congo, además del ministro de Exteriores de Uganda, llegaron ayer a la capital libia para encontrarse con Gadafi. Posteriormente viajarán a Bengasi para reunirse con los líderes del Consejo Nacional de Transición Libio (CNTL), que representa a los rebeldes.

La delegación ha sido enviada de urgencia por la Unión Africana después de pedir el pasado sábado desde Nuakchot el «cese inmediato» de los combates y la cooperación de las partes para «facilitar la asistencia humanitaria a las poblaciones necesitadas». Entre los objetivos de la UA se encuentra que el régimen y los rebeldes inicien un diálogo para poner en marcha una transición hacia la democracia, algo que, hoy en día, parece imposible. Los sublevados ya anunciaron que solo aceptarían una rendición del tirano.

«No existe otra solución que la militar, porque el idioma del dictador es la aniquilación, y las personas que hablan ese idioma es lo único que entienden», declaró ayer a la cadena catarí Al-Yasira Ahmed Bani, uno de los portavoces de los insurgentes.

Los sublevados, que en los últimos días han tenido que replegarse hasta Ajdabiya, a tan solo 160 kilómetros de la capital 'liberada', Bengasi, han soportado desde el sábado un feroz ataque de las tropas gadafistas, que han bombardeado sin descanso desde las puertas de la ciudad. Francotiradores y milicianos del régimen consiguieron incluso infiltrarse en la localidad, obligando a los rebeldes a ocultarse en edificios y callejones. Ayer, sin embargo, el escenario volvió a cambiar después de que la Alianza Atlántica bombardeara las posiciones de los leales al dictador. La OTAN aseguró más tarde en un comunicado que había conseguido alcanzar once tanques en Ajdabiya y otros catorce en las afueras de Misrata.

Cuerpos carbonizados

Un reportero de Reuters pudo ver al menos quince cuerpos carbonizados de milicianos gadafistas junto a blindados que habían sido alcanzados por la aviación aliada. Uno de los pocos médicos que aún resisten en Ajdabiya, Ahmed Inasi, describió a Efe una imagen «dantesca» en la entrada oeste de la ciudad, donde yacían «decenas» de cadáveres, así como tanques, camionetas y armamento completamente calcinado.

Los rebeldes también aseguraron ayer haber capturado a quince mercenarios argelinos y haber matado a otros tres en combate, según AFP. «Decían que estaban vendiendo hachís, y la verdad es que tenían hachís encima, que es lo peor», señaló a la agencia francesa un portavoz rebelde. Argel negó ayer estar implicada en el envío de mercenarios a Libia, una «falacia carente de todo fundamento», según un portavoz del Ministerio de Exteriores del país norteafricano.

Otro fotógrafo extranjero se encuentra desaparecido desde el sábado en Libia, según confirmó ayer la agencia americana Associated Press para la que trabaja. Al parecer, Altaf Qadri, de nacionalidad india y galardonado en el World Press Photo de este año, se separó de sus compañeros en Ajdabiya, y desde entonces no se sabe nada de su paradero. Otros cuatro reporteros, entre ellos el español Manu Brabo, desaparecieron el pasado martes en el frente y se encuentran en manos del régimen, que estaría en negociaciones con varios mediadores para liberar a los informadores, algo que todavía no se ha producido.