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Barcelona cierra la ola de consultas soberanistas con baja participación
Solo uno de cada cinco barceloneses acude a votar en el referéndum informal sobre la independencia
Barcelona Actualizado: GuardarMás gente de la prevista, pero con cifras de participación minoritarias. Barcelona bajó ayer el telón a la oleada de consultas populares sobre la independencia, que arrancó hace año y medio en Arenys de Munt. Como en las citas anteriores, la capital catalana, en la que estaban llamados a votar 1,4 millones de vecinos, no fue capaz de movilizar a la población no independentista. Votaron 257.000.
El día de playa motivó más que acercarse a los colegios electorales. Y es que solo uno de cada cinco barceloneses acudió a votar, una cifra que se situó en niveles muy bajos, similares a la media registrada en las 500 consultas previas. La cifra coincide más o menos con el 20% de la población catalana que, según las encuestas, se muestra partidaria de la secesión. Como los organizadores de la consulta popular sobre la autodeterminación celebrada en la capital catalana se habían marcado unos objetivos muy modestos (10% de participación), para no pillarse los dedos como les ocurrió en citas pretéritas, al final doblaron las previsiones, lo que les permitió calificar la jornada electoral de «éxito rotundo».
Al cierre de la edición aún no se conocían los resultados de la votación, si bien, como hasta la fecha, el 'sí' se esperaba que ganase por amplia goleada. No obstante, los portavoces de la plataforma organizadora apuntaron que el porcentaje de votos contrarios a la independencia se esperaba que fuese superior al de la media de las consultas anteriores (5%).
Los miembros de la plataforma Barcelona Decideix (Barcelona Decide), impulsores de la iniciativa, destacaron que si bien su resultado no tiene validez jurídica -porque no es ni oficial vinculante- el referéndum celebrado ayer «sí que culmina un proceso histórico que ha hecho evolucionar la mentalidad y el corazón de muchos catalanes». Consideraron además que las consultas han hecho «aumentar la conciencia sobre la realidad catalana».
De la palabra al hecho
Lo que sí han logrado es poner el derecho de autodeterminación y la independencia en la primera fila del debate político en Cataluña. Hasta el punto de que la próxima semana, el miércoles 13, el Parlament debatirá una proposición de ley de Solidaritat que pretende proclamar la independencia de forma unilateral. La ley no saldrá adelante, ya que CiU se abstendrá, pero supone un hecho sin precedentes en 30 años de democracia parlamentaria.
Asimismo, las consultas han obligado a los partidos a tomar posición y a salir de la ambigüedad, sobre todo a aquellos que mantenían una posición poco clara respecto a la independencia.
Los más mirados han sido los miembros de CiU, que, aprovechando que las citas carecían de validez jurídica, se han permitido hacer brindis al sol de cara a la galería más soberanista. Además del 'president' Artur Mas y del expresident Jordi Pujol, votaron en las más de 500 consultas que se han celebrado en Cataluña el consejero de Interior, Felip Puig, el de Territorio y Sostenibilidad, Lluís Recoder, y el portavoz del Govern, Francesc Homs, así como destacados dirigentes como Oriol Pujol o Xavier Trias. Esta posición del núcleo duro del Gobierno catalán contrastó con la del otro partido que integra el Govern y CiU, UDC, cuyos miembros se muestran más reacios con la vías soberanistas. El secretario general de CiU y presidente de Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, subrayó que la «corriente» independentista puede «provocar división y frustración por su inviabilidad».